Un rescate que es nada menos que un milagro. En la comuna de Combourg, en Ille-et-Vilaine, un bebé de tres meses que acababa de sufrir un infarto sobrevivió gracias a un extraño que pasaba por allí y llegó a casa familiar en chanclas y pijama, revela nuestra colegas del oeste de Francia.

Los hechos se remontan al 10 de septiembre. Una pareja y sus dos hijos pequeños se preparan para irse a la cama. Pero cuando la madre, Ivy, carga a su pequeña de 3 meses, se da cuenta de que no se siente bien. “Ella gritó y luego se desplomó. Ya no respiraba”, cuenta a Ouest-France. Por tanto, la madre llama al Samu y comienza un masaje cardíaco, tal como le aconsejaron por teléfono. Apenas tiene tiempo de practicar primeros auxilios cuando un extraño en pijama aparece en su sala de estar. “Vi llegar a un hombre en chanclas, calcetines y pantalones cortos en medio de la noche”, recuerda. “Me preguntó dónde estaba. No traté de entender, le señalé el sofá y él se hizo cargo”.

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El desconocido, de 37 años y llamado Guillaume, es en realidad un cuidador de urgencias en el hospital universitario de Rennes y un bombero voluntario en Combourg. Si se ha enterado de la situación es porque está registrado en la aplicación Staying Alive. El software gratuito identifica los desfibriladores que hay a tu alrededor y permite que las personas capacitadas en primeros auxilios se conviertan en «buenos samaritanos». En otras palabras, los socorristas voluntarios “pueden ser movilizados en cualquier lugar y en cualquier momento en caso de emergencia vital”, precisa el sitio web del Buen Samaritano, que cuenta entre sus socios con la Dirección General de Seguridad Civil y departamentos como Loira Atlántico, Yonne. o Alsacia.

“Estaba viendo la televisión cuando sonó mi teléfono. Fue la aplicación Staying Alive, a la que estoy registrado, la que me informó que a menos de dos kilómetros de mi casa, alguien estaba sufriendo un infarto. No pensé. Lo intenté”, dice Guillaume a nuestros colegas. En el lugar, realiza un masaje cardíaco, sólo con dos dedos, y no con toda la palma, como se recomienda para un bebé. “Fue un verdadero alivio ver que había llegado un profesional para hacerse cargo porque no sabemos si estamos haciendo lo correcto”, dice Ivy.

Unos minutos más tarde, los bomberos llegaron con un desfibrilador y lograron reiniciar el corazón del bebé. Luego, el bebé es transportado al hospital del sur de Rennes. “Los médicos de Samu me dijeron que le salvé la vida. Sin el masaje, su corazón probablemente no se habría recuperado”, continúa Guillaume. Aún hospitalizada, la pequeña se encuentra hoy en un departamento de rehabilitación pediátrica. Sufría de un tumor en el corazón, por lo que fue operada.