El líder del Hezbolá pro iraní en el Líbano el miércoles (22 de marzo) se negó a revelar si su poderosa formación estuvo involucrada en un incidente reciente en el norte de Israel, diciendo que el silencio era una de sus armas en su batalla con el estado judío.
La semana pasada, el ejército israelí anunció que había matado a un sospechoso que llevaba un cinturón explosivo y que se sospechaba que se había infiltrado desde el Líbano, citando una posible participación de Hezbolá.
“El incidente de la semana pasada perturbó al enemigo”, que “está tratando de averiguar si el combatiente de la resistencia entró desde el Líbano o no, y quién lo envió”, dijo Hassan Nasrallah en la primera reacción de Hezbolá. “El silencio de Hezbolá da testimonio de su sabiduría”, añadió el secretario general de la formación chiita en un discurso televisado, al considerar que “el silencio es también un arma en la batalla política, mediática, militar y psicológica” con Israel. “No estamos obligados a comentar cada incidente”, dijo.
El sospechoso, sospechoso de infiltrarse en Israel desde el Líbano, fue asesinado a tiros por las fuerzas israelíes en el norte del país. El ejército israelí dijo que estaba «examinando la posibilidad» de que Hezbolá, que controla efectivamente el sur del Líbano, esté involucrado. La Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (FPNUL), desplegada en el sur de Líbano para amortiguar la separación entre ambos países, técnicamente en estado de guerra, había asegurado que «no había observado ningún cruce de la frontera en los últimos días».
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El ejército israelí dijo el lunes 20 de marzo que descartaba la posibilidad de que el sospechoso pudiera haber usado un túnel para cruzar a Israel, afirmando haber entendido “cómo había cruzado la valla fronteriza”, sin más detalles. Según la Radio del Ejército de Israel, el sospechoso había utilizado una escalera para subir la valla que marca la frontera.
En 2006, el último gran enfrentamiento entre Israel y Hezbolá dejó más de 1.200 muertos en el lado libanés, en su mayoría civiles, y 160 en el lado israelí, en su mayoría soldados. Hassan Nasrallah advirtió este miércoles a Israel que “cualquier agresión contra cualquier región del Líbano, o cualquier persona presente en territorio libanés” atraería “una respuesta definitiva y rápida de la resistencia” encarnada por su movimiento.