“Las reglas deben aplicarse a todos”, argumentó el jueves Magali Berdah, controvertida jefa de la agencia de influencers Shauna Events, mientras los parlamentarios consideraban un proyecto de ley multipartidista para regular esta actividad en auge. “Las reglas deben ser aplicables a todos, sean agencias, influencers. Si no se aplican las normas, (debe) haber sanciones para evitar estas amalgamas y que finalmente haya un trabajo sereno”, declaró ante la Comisión de Asuntos Económicos del Senado.

“Estoy en una buena posición para decirlo ya que soy el primero en estar en la primera línea de todas estas controversias, lamentablemente señaladas en lugar de todos y nadie asume demasiado sus responsabilidades”, agregó, mientras el rapero Booba critica las prácticas comerciales de ciertos influencers y ataca regularmente a Magali Berdah en las redes sociales. “Es urgente (supervisar este sector), es una cuestión vital para mí. Ojalá lo hubieran tomado en cuenta cuando lo pedí hace dos años, donde pedí reuniones varias veces para alertar a las autoridades y decir: necesitamos reglas claras para que las apliquen todos y que se condene a los responsables” , subrayó además.

El proyecto de ley examinado desde finales de marzo por los parlamentarios proporciona una definición legal de la actividad de los 150.000 influencers franceses: consiste en movilizar «su notoriedad» para promover «bienes, servicios o cualquier causa» contra un beneficio económico o un beneficio en amable. También se definirá y enmarcará la profesión de “agente de influencers”, con una obligación contractual que mencione la “sumisión a la ley francesa”, incluso si se ejerce desde el extranjero hacia Francia.

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“Si la mayoría de los seguidores (de estos influencers) son franceses, tiene sentido que esto se aplique a la ley francesa”, subrayó Magali Berdah. Convertido para algunas de las estrellas con millones de suscriptores, los influencers difunden contenido en las redes sociales que pueden influir en gran medida en el comportamiento.

En los últimos meses ha aumentado la presión para regular este denostado sector donde se denuncian sociedades remuneradas no explícitas, competencia desleal, exilio fiscal o acusaciones de estafas. La Dirección General de Competencia, Consumo y Control del Fraude (DGCCRF) publicó a fines de enero un estudio condenatorio sobre sus prácticas.