Los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Venezuela, Nicolás Maduro, quieren llegar a un acuerdo con Washington para frenar el flujo de inmigrantes ilegales que cruzan la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá durante su éxodo hacia Estados Unidos. Es “un paso por el que, en realidad, ningún ser humano debería pasar (…), al intentar llegar a un paraíso, uno se encuentra con un muro, ‘campos de concentración’, e incluso prisión, o el ‘retorno forzoso’ sin derechos”, declaró Gustavo Petro tras una reunión en Caracas con su par venezolano.

«Debemos llegar a un acuerdo con Estados Unidos», dijo, pidiendo a Washington ayuda económica para los inmigrantes ilegales. «Propusimos a Estados Unidos un programa para humanizar el ‘éxodo’, bonos para permitir que cada familia regrese a su país», dijo el presidente en un comunicado conjunto.

“Colombia quiere ayudar a construir este ‘éxodo de retorno’, ya sea el regreso a Colombia, porque los abuelos de estas personas o sus padres son colombianos, o ya sea el regreso a Venezuela (…). Cualquiera que sea su libre decisión, es Estados Unidos quien debe apoyarla”, añadió Gustavo Petro, que realizaba su cuarta visita a Venezuela desde que llegó al poder.

“Creo que es beneficioso para todos. Esto permitiría regularizar y organizar este éxodo desordenado que priva a cientos de miles de personas de sus derechos humanos”, añadió. Nicolás Maduro acogió con satisfacción lo que describió como un “consenso importante”. En octubre, Venezuela llegó a un acuerdo con Estados Unidos para la “repatriación directa” de venezolanos, mientras el presidente demócrata Joe Biden se encuentra bajo una fuerte presión en su país por cuestiones migratorias de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

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La Selva del Darién, que abarca 575.000 hectáreas, es uno de los pasos más peligrosos para los inmigrantes ilegales que buscan llegar a Estados Unidos. Allí murieron muchos inmigrantes ilegales. A finales de octubre, más de 458.000 personas lo habían atravesado desde principios de año, 200.000 más que durante todo el año anterior. La mayoría proceden de Venezuela, de donde han emigrado más de 7,5 millones de personas, según Naciones Unidas, cifra que sin embargo no es reconocida por Caracas. Según estas estimaciones, más de 2,8 millones de venezolanos viven en Colombia, tras la toma dictatorial del poder por parte de Nicolás Maduro.