Reino Unido registró una inmigración neta récord en 2022, con 606.000 personas adicionales, principalmente de países fuera de la Unión Europea, según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS) publicadas el jueves 25 de mayo.

«Una serie de eventos globales sin precedentes (…) y el levantamiento de las restricciones tras la pandemia del coronavirus han resultado en niveles récord de inmigración internacional al Reino Unido», dijo la ONS en un comunicado. “Los principales impulsores de este aumento son las personas que vienen al Reino Unido desde países no pertenecientes a la UE por trabajo, estudio o por razones humanitarias, incluidas las que vienen de Ucrania y Hong Kong”, agrega la ONS.

Según las estimaciones de la Oficina, en 2022 hubo 1,2 millones de llegadas al Reino Unido mientras que 557.000 personas abandonaron el país. La mayoría de las personas que llegaron al Reino Unido en 2022 procedían de países no pertenecientes a la UE (925.000). Los ciudadanos de la UE ocupan el segundo lugar, con 151.000 personas. Estas cifras presionan al gobierno conservador que había prometido reducir la inmigración y “recuperar el control fronterizo” después del Brexit. “Todo demuestra que el gobierno ha perdido por completo el control de nuestro sistema migratorio”, criticó en la televisión Sky News el diputado laborista Stephen Kinnock, a cargo del expediente migratorio.

Dos días antes del anuncio de estas cifras récord, el gobierno anunció su intención de restringir drásticamente la reunificación familiar para estudiantes extranjeros. Esta medida, que entrará en vigor en enero, afecta a todos los estudiantes “a excepción de los investigadores de posgrado”. En 2022, se emitieron alrededor de 136.000 visas a dependientes de estudiantes extranjeros, frente a las 16.000 de 2019, según cifras del gobierno.

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“Hemos visto un aumento sin precedentes en el número de dependientes de estudiantes que llegan al país con visas”, dijo el martes Suella Braverman, la ministra del Interior de extrema derecha. Juzgó que las nuevas medidas representaban un “equilibrio justo” y permitirían “en el mediano plazo” llevar el saldo migratorio a niveles previos al Covid.