(Dublín) El primer ministro irlandés, Simon Harris, se vio presionado el lunes para convocar elecciones legislativas anticipadas con el fin de aprovechar el buen resultado de la coalición centrista en las elecciones europeas y locales, dominadas por las cuestiones migratorias.

Fine Gael y Fianna Fail, los dos principales partidos del país que participan en el gobierno de centroderecha, obtuvieron más del 20% de los votos en las elecciones locales celebradas el viernes pasado.

Por el contrario, el partido nacionalista de izquierda Sinn Fein, que está a favor de la reunificación con Irlanda del Norte, cayó por debajo del 12%, 20 puntos por debajo de sus niveles de encuestas del año pasado.

Para las elecciones europeas, se esperan resultados dentro de una semana, pero los primeros recuentos sugieren una tendencia similar.

Las próximas elecciones legislativas se celebrarán de aquí al próximo marzo y Simon Harris, jefe de Gobierno desde abril pasado, ha asegurado de momento que quiere terminar la legislatura.

Pero figuras de su partido, Fine Gael, le instaron a convocar a los votantes antes para aprovechar el éxito de las últimas encuestas.

El periódico Irish Times considera ahora «más probable» la celebración de elecciones legislativas anticipadas: «A pesar de sus protestas, sería sorprendente que los partidos gobernantes no lo consideraran seriamente».

La líder del Sinn Fein, Mary Lou McDonald, se disculpó el domingo por los decepcionantes resultados de su partido, pero se negó a dimitir.

Los analistas han achacado el declive del partido a su posicionamiento proinmigración, que lo penalizó entre el electorado popular.

De hecho, la inmigración ha surgido por primera vez como un tema importante de campaña en Irlanda. El alojamiento de los inmigrantes se ha convertido en un tema particularmente delicado en los últimos meses, ya que la falta de viviendas asequibles y la crisis del poder adquisitivo han alimentado un fuerte resentimiento contra los recién llegados.  

A finales de noviembre, la ciudad de Dublín se vio sacudida por disturbios sin precedentes, que las autoridades atribuyeron a grupos de extrema derecha, tras un ataque con cuchillo que dejó cuatro personas heridas, entre ellas tres niños.

Desde que asumió el cargo de jefe de gobierno en sustitución de Leo Varadkar, quien dimitió, Simon Harris ha endurecido las condiciones para el derecho de asilo y ha reducido la ayuda financiera a los refugiados.