Esposadas durante el embarazo casi hasta el parto, separadas de sus bebés y escasa asistencia cuando crecen: las mujeres detenidas en Japón son víctimas de numerosos malos tratos, denuncia la ONG Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado el martes 14 de noviembre.

Muchas mujeres encarceladas en Japón sufren malos tratos, “a menudo causados ​​o agravados por la falta de recursos de las cárceles para satisfacer sus necesidades o sus derechos”, según este informe basado en entrevistas con casi 60 ex prisioneras en Japón, así como con 11 abogados y expertos. en el derecho penal japonés.

Casi 4.000 mujeres estaban tras las rejas en el país en 2021 (o menos del 9% de su población carcelaria), la mayoría de ellas condenadas por casos de robo o drogas.

De 184 mujeres que dieron a luz bajo custodia entre 2011 y 2017, solo a tres se les permitió quedarse con sus bebés, según datos del Ministerio de Justicia japonés. «La separación en el momento del nacimiento puede ser traumática y perjudicar la salud tanto de la madre como del recién nacido, al alterar la lactancia materna y la creación del vínculo entre padres e hijos», subraya HRW. Las autoridades penitenciarias japonesas «rara vez informan» a las madres detenidas de que tienen derecho a pedir quedarse con su bebé hasta los 12 meses después del nacimiento, critica la ONG.

Para dar a luz, las detenidas en Japón generalmente son trasladadas a la sala de maternidad más cercana a su lugar de detención. Pero a menudo permanecen esposadas hasta que entran en la sala de partos, y luego de nuevo tan pronto como salen, admitieron a HRW funcionarios del Ministro de Justicia.

La ONG también cree que el actual sistema penitenciario japonés «no responde a las necesidades del creciente número de presos de edad avanzada», reflejo del pronunciado declive demográfico del país. Sin embargo, en 2021, el 20% de las mujeres que ingresaron en prisión en Japón tenían 65 años o más, casi cuatro veces más que en 2003, en comparación con el 13% de los reclusos varones.

HRW también plantea otras denuncias como los insuficientes servicios de salud en prisión, el uso “arbitrario y prolongado” del régimen de aislamiento y el maltrato a los presos transgénero. Muchas mujeres condenadas en Japón por delitos son encarceladas porque el Código Penal japonés no ofrece alternativas a la prisión, como penas de servicio comunitario, lamenta además HRW. Preguntado por la AFP, el Ministerio de Justicia japonés no pudo reaccionar inmediatamente al informe de la ONG.