(Washington) Unos meses antes de las elecciones presidenciales, Joe Biden anunció el martes medidas de regularización que podrían beneficiar a cientos de miles de personas y que fueron inmediatamente condenadas por los partidarios de su rival Donald Trump.

Le président démocrate va faciliter l’obtention de titres de séjour pour les conjoints ou conjointes de citoyens américains qui vivent aux États-Unis sans avoir de papiers en règle, et accélérer les procédures de visa pour les jeunes diplômés, a fait savoir la Maison- Blanca.

La inmigración es un tema importante de campaña para las elecciones de noviembre en Estados Unidos.

Se trata también de un tema políticamente delicado para el presidente demócrata, acusado regularmente de laxitud en la materia por el hombre al que se enfrentará durante las elecciones de noviembre, su predecesor republicano Donald Trump, con una retórica antiinmigración muy virulenta.

Joe Biden anunció recientemente un endurecimiento muy claro de su política migratoria para hacer frente a las llegadas a la frontera con México.

Pero el demócrata de 81 años, deseoso de distinguirse de su predecesor, elogia al mismo tiempo los beneficios de una inmigración regulada y «humana», a través de medidas como las anunciadas el martes.

El gobierno estadounidense facilitará la expedición de permisos de residencia permanente -la famosa «green card»- y permisos de trabajo a los cónyuges inmigrantes de ciudadanos estadounidenses y a sus hijos.

Las personas que hayan residido en Estados Unidos durante al menos diez años, y estén casadas con un ciudadano americano, podrán en el futuro iniciar un proceso de regularización sin tener que abandonar previamente el territorio americano, como ocurría hasta ahora.

Según los cálculos de la administración Biden, quienes serán elegibles han residido en Estados Unidos durante un promedio de 23 años.

“Esta medida protegerá a aproximadamente medio millón de cónyuges de ciudadanos estadounidenses y aproximadamente a 50.000 niños inmigrantes menores de 21 años”, según la Casa Blanca.

El anuncio provocó inmediatamente fuertes críticas por parte del Partido Republicano.

La funcionaria electa de derecha radical Marjorie Taylor Greene denunció una maniobra “electoralista”, mientras que el republicano Josh Brecheen, que representa al estado de Oklahoma, estimó que “de un plumazo, el presidente Biden estaba protegiendo a 550.000 ilegales de la deportación” con la esperanza de “cosechar los votos” de los familiares afectados en noviembre.

Joe Biden también quiere acelerar el trámite de visas de trabajo para determinados inmigrantes que hayan obtenido un diploma de educación superior en Estados Unidos y hayan recibido una oferta de trabajo en el país.

Esta decisión se aplicará en particular a los beneficiarios de un programa de protección de menores inmigrantes, puesto en marcha en 2012, cuando Barack Obama era presidente y cuyo duodécimo aniversario Joe Biden celebrará el martes en la Casa Blanca.

El equipo de campaña del demócrata también aprovechó este aniversario para difundir un vídeo en el que los beneficiarios de este programa, conocidos en Estados Unidos como «Dreamers», atacan en inglés y español las posturas antiinmigración de Donald Trump.

El expresidente quiere organizar, en caso de su regreso a la Casa Blanca, expulsiones masivas de inmigrantes ilegales.  

Acusó a los inmigrantes de “envenenar la sangre” del país y de provocar que la delincuencia se disparara allí, sin respaldar estas afirmaciones con cifras.