Por remordimiento después de engañar a su novio con otro hombre, Victoria* inventó una historia falsa de violación en grupo, argumentó la defensa el jueves, tratando de presentar a la denunciante como una mentirosa. Mitos y estereotipos, deploró la Corona en el juicio contra el médico especialista Stephan Probst y su esposa.
“Es uno de los mitos más arraigados en nuestra sociedad, y en la legislación canadiense […] el de la mujer que tiene una relación extramatrimonial, que tiene remordimientos y que inventa una historia de agresión sexual. […] Hay que tener mucho cuidado porque, en mi opinión, no hay indicios de que esto sea así en este caso”, argumentó Delphine Mauger, fiscal de la Corona.
“Les pido que rechacen estos mitos y estereotipos”, insistió Mauger, que colabora con Jérôme Laflamme.
Stephan Probst, de 46 años, y su pareja Wendy Devera, de 30, están acusados de agresión sexual grupal a una joven artista en 2020. Especialista en medicina nuclear, Stephan Probst es jefe médico del Hospital General Judío y profesor de la Universidad McGill.
En ese momento, Victoria* quería tener una “experiencia” sexual con otra mujer. Su novio lo sabía y la apoyó en su búsqueda. Conoció a Wendy Devera en una aplicación. Cuando fue al ático de Stephan Probst para reunirse con Wendy, la denunciante tuvo claro que no quería una relación con otro hombre.
En el juicio, Victoria contó haber sido agredida sexualmente por Stephan Probst, mientras aparentemente la habían drogado con MDMA (éxtasis). Wendy Devera retuvo al denunciante durante el ataque, según su versión. Cuando Victoria huyó, afirma haber sido atacada nuevamente por los acusados. Salió semidesnuda en un taxi.
“Toda esta historia fue inventada”, insistió la abogada defensora, Valérie Riendeau.
Según la defensa, Victoria se dejó llevar por una velada de “drogas y sexo con otro hombre”. Una vez en el taxi sufrió un ataque de pánico, ya que está “predispuesta” a sufrirlo, según la defensa, y se inventó una historia para su novio.
“¿Por qué mentir tanto? ¿Por qué ocultar tantas cosas excepto que tenía varias cosas por las que culparse? […] Había roto el acuerdo con su pareja. Se había prometido a sí misma respetar sus valores y principios”, argumentó el señor Riendeau.
La jueza Suzanne Costom le preguntó entonces por qué una mujer supuestamente abrumada por el remordimiento llamaría a su novio llorando para inventar una historia en el acto.
«Estamos ante alguien que tiene ansiedad», insistió el señor Riendeau.
Según la defensa, una vez iniciada la denuncia, al denunciante “no le quedó más remedio que construir un relato para difundir las acusaciones falsas”.
Para la Corona, se trata de un “mito fundacional” de la legislación canadiense.
En todos los casos, según el Tribunal, el propio testimonio de Stephan Probst en el juicio demuestra que no tomó ninguna medida para garantizar el consentimiento de la demandante a la penetración vaginal sin preservativo. En el estrado, Stephan Probst se refirió a los «gemidos» de la demandante y a su expresión al ver su pene erecto como prueba de un consentimiento «implícito».
Sin embargo, en la legislación canadiense no existe ni el consentimiento implícito ni el consentimiento ambiguo, recuerda Me Mauger. “Sólo un sí puede decir sí”, insistió. Además, la denunciante había expresado un poco antes en el spa una “negativa muy clara”, cuando Stephan Probst había intentado besarla.
En el juicio, Victoria describió sentirse mareada y tener dificultades para moverse durante la noche. Incluso tuvo dificultades para vestirse en un momento dado. Sin embargo, para la defensa, la denunciante exageró claramente sus síntomas. La prueba: entonces tuvo suficiente equilibrio para practicarle el cunnilingus al coacusado.
“Voy a ser grosera: hacer cunnilingus al estilo perrito requiere cierto equilibrio”, suplicó la señora Riendeau. Además, el denunciante supuestamente tenía fuerzas suficientes para correr hacia la salida, planteó el abogado.
Según la otra abogada defensora, Ana-Maria Mocanu, Stephan Probst era “muy creíble” y no se le contradijo en ningún hecho.
Wendy Devera no testificó.
Los argumentos finales continúan el jueves por la tarde.