Ucrania anunció el sábado 4 de noviembre que había iniciado un proceso penal contra el patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, en rebeldía, por haber “justificado” la invasión rusa de su territorio. El patriarca Kirill, un firme partidario del presidente Vladimir Putin, calificó la ofensiva de Rusia contra Ucrania como una batalla contra las “fuerzas del mal”.

Las autoridades ucranianas dijeron en un comunicado que habían “recolectado pruebas contra el líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Vladimir Gundyaev (conocido como Kirill)”. Es “miembro del círculo íntimo de altos líderes militares y políticos de Rusia y (…) uno de los primeros en apoyar públicamente la guerra contra Ucrania”.

Kirill socavó la integridad territorial de Ucrania al justificar una agresión armada, según las autoridades ucranianas. “Se tomarán medidas para llevarlo ante la justicia por los crímenes cometidos contra nuestro Estado”, agregaron. Ucrania, un país predominantemente ortodoxo, cortó lazos con instituciones ortodoxas vinculadas a Rusia después del inicio de la guerra.

En octubre, el parlamento de Ucrania votó a favor de prohibir una Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC) vinculada a Moscú, acusando a sus miembros de colaborar con Rusia. Esta Iglesia, que alguna vez fue la más popular de Ucrania, ha perdido fieles durante años a medida que el sentimiento nacional ucraniano ha ganado popularidad frente a la antigua potencia Rusia. Este proceso se aceleró con la creación en 2018 de una Iglesia Ortodoxa Ucraniana independiente de Moscú.