La Asamblea adoptó el miércoles en nueva lectura el proyecto de ley gubernamental destinado a luchar “contra los abusos sectarios”, a pesar de diferencias todavía fuertes sobre uno de sus artículos emblemáticos contra la incitación a la abstención terapéutica.
El examen habrá sido mucho menos agitado que durante su primera aprobación en la cámara baja y el proyecto de ley, aprobado por 104 votos contra 65, deberá regresar al Senado el 3 de abril. Los diputados y senadores no lograron ponerse de acuerdo sobre una versión común en el comité conjunto a principios de marzo.
El miércoles votaron a favor los diputados del campo presidencial (Renaissance, MoDem, Horizons) y de los grupos socialista, ecologista y Liot (independientes). Los diputados de Insoumis y de la Agrupación Nacional (RN) votaron en contra, mientras que la mayoría de los republicanos electos se abstuvieron.
En el centro de las diferencias, un artículo clave contra los “gurús 2.0”, que tipifica el delito de provocar el abandono o la abstención de la asistencia, que se castigaría con un año de prisión y una multa de 30.000 euros, o incluso tres años de prisión. prisión y multa de 45.000 euros cuando la provocación fuera seguida de efectos. El objetivo es “la provocación, mediante presiones o maniobras repetidas” para “abandonar o abstenerse de seguir un tratamiento médico terapéutico o profiláctico” cuando ese abandono “se presenta como beneficioso para la salud”.
“Hay gurús, personas influyentes, los llamados cuidadores que son delincuentes porque promueven prácticas que matan”, subrayó la secretaria de Estado Sabrina Agresti-Roubache en el banquillo del gobierno. Por el contrario, el diputado RN Thomas Ménage calificó el artículo de “atacante a las libertades públicas y peligroso para la libertad de expresión y el debate científico”. Varios diputados de la oposición han vuelto a plantear el papel clave de la denunciante Irène Frachon en el asunto Mediador, afirmando que no habría podido desempeñarlo con esta ley.
El artículo, reescrito, preserva la “libertad de expresión” y “el papel de los denunciantes”, insistió la ponente renacentista del texto, Brigitte Liso, apoyada por el diputado socialista Arthur Delaporte, quien también aseguró que “las asociaciones por el derecho a morir con La dignidad no está preocupada. El texto también tipifica el delito de imponer o mantener un estado de “sometimiento psicológico”. Por otra parte, los diputados eliminaron una medida que preveía sanciones adicionales como la prohibición de acceso a las redes sociales en caso de “práctica ilegal de la medicina” o incluso de “prácticas comerciales engañosas”, según los funcionarios electos, en particular del MoDem, al considerar que contravenía Derecho de la Unión Europea.