El gobierno talibán estimó el miércoles 12 de abril que la prohibición a las mujeres afganas de trabajar con la ONU es un «asunto interno» en el país. Los talibanes consideran que esta decisión “debería ser respetada por todas las partes”. Este asunto había despertado la indignación de la comunidad internacional a principios de abril al extender a la ONU una prohibición que impedía a las ONG emplear a mujeres afganas.
«El Emirato Islámico no quiere crear obstáculos para las Naciones Unidas», dijo el miércoles el portavoz del gobierno afgano, Zabihullah Mujahid, en un comunicado. “Más bien, quiere dejar claro que se trata de un asunto interno afgano, que no crea ningún problema para nadie y (que esta decisión) debe ser respetada por todas las partes”, dijo, agregó.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) dijo en un comunicado el martes que la prohibición era «ilegal según el derecho internacional, incluida la Carta de la ONU, y por esta razón las Naciones Unidas no pueden cumplir». Lamentó que la ONU se viera así condenada a una «terrible elección», la de continuar o no sus operaciones en Afganistán. Zabihullah Mujahid consideró que esta prohibición no contenía ninguna “discriminación”. “Por el contrario, considerando los intereses religiosos y culturales, nos comprometemos a respetar todos los derechos de nuestro pueblo”, dijo.
La ONU, que desde entonces ha pedido a todo su personal afgano masculino y femenino que no acuda a la oficina de inmediato, considera que las mujeres son esenciales para sus operaciones. De hecho, no está permitido en la sociedad afgana, profundamente conservadora y patriarcal, que una mujer hable con un hombre que no es un pariente cercano. Por lo tanto, una mujer que recibe ayuda sólo puede entrar en contacto con otra mujer.
Afganistán se encuentra en medio de una de las peores crisis humanitarias del planeta, con alrededor de 23 millones de hombres, mujeres y niños afectados por la ayuda, según la ONU. En décembre, les autorités talibanes avaient annoncé que les 1260 ONG exerçant dans le pays avaient désormais interdiction de travailler avec des femmes afghanes, en raison de «graves plaintes» quant au non-respect du port du hijab, qui doit couvrir entièrement le corps et la cara. La ONU, sin embargo, no estuvo involucrada.
Varias ONG anunciaron entonces que suspendían sus actividades, antes de reanudarlas a mediados de enero con el apoyo de su personal femenino en algunos sectores que se benefician de exenciones, como la salud y la nutrición. Desde su regreso al poder en agosto de 2021, los talibanes han vuelto a la interpretación austera del islam que supuso su primer paso al poder (1996-2001) y han multiplicado las medidas draconianas contra las mujeres.