La Comisión Europea reconoció el martes «una situación difícil» tras la publicación de una investigación periodística según la cual decenas de miles de inmigrantes fueron detenidos y abandonados en medio del desierto en Marruecos, Túnez y Mauritania, con el apoyo financiero de la UE. . Esta investigación, que duró varios meses, fue llevada a cabo por medios internacionales como Le Monde y el Washington Post con el colectivo de periodistas Lighthouse Reports.
Revela cómo “Europa apoya, financia y participa directamente en operaciones clandestinas llevadas a cabo en los países del norte de África para abandonar cada año a decenas de miles de negros en el desierto o en regiones remotas con el fin de impedirles llegar a la UE. Describe un “sistema de movimiento masivo” que “opera con dinero, vehículos, equipos, inteligencia y fuerzas de seguridad proporcionadas por la UE y los países europeos”.
«Es una situación difícil, que está evolucionando y en la que seguiremos trabajando», declaró el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, al ser preguntado sobre el tema durante la rueda de prensa diaria. Según la investigación, los refugiados y migrantes en Marruecos, Mauritania y Túnez son “detenidos por el color de su piel, llevados en autobuses y conducidos al medio de la nada, a menudo a zonas desiertas y áridas”, sin agua ni comida.
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A algunos los llevan a zonas fronterizas donde “las autoridades los venden a traficantes de personas y a bandas que los torturan para pedir rescate”. La UE ha celebrado acuerdos con estos países, que en particular proporcionan financiación europea para fortalecer sus capacidades para frenar la inmigración a Europa. La Unión Europea también adoptó recientemente una importante reforma de su política de asilo y migración, con el fin de reforzar los controles sobre las llegadas y acelerar el retorno de los inmigrantes cuyo derecho de asilo ha sido rechazado.
Lighthouse Reports indica que ha entrevistado a más de 50 inmigrantes procedentes de países del África subsahariana o de África occidental, víctimas de estas acciones en Túnez, Marruecos y Mauritania, y ha «identificado el carácter sistemático y racista de las prácticas». El colectivo de periodistas cita dos fuentes europeas anónimas y de alto nivel que reconocen que era «imposible» determinar completamente cómo se utilizaron los fondos europeos. La Comisión Europea no ha respondido explícitamente a las acusaciones de la investigación. «A veces la situación es difícil en nuestros países socios», pero «siguen siendo Estados soberanos y controlan sus fuerzas nacionales», comentó una portavoz, Ana Pisonero. Destacó que la UE supervisó los programas para los que proporcionó financiación y reiteró el compromiso de los países socios con el respeto de los derechos humanos.
Túnez, país con el que la UE concluyó un acuerdo por una ayuda de 255 millones de euros, informó haber interceptado a 21.545 inmigrantes que intentaban cruzar el Mediterráneo hacia Italia desde sus costas de enero a abril. Lo que representa un incremento del 22,5% respecto al mismo periodo del año anterior. El presidente Kais Saied subraya su negativa a que su país se convierta en “un país de tránsito o de asentamiento” para inmigrantes procedentes de otros países africanos. A principios de mayo, la ONG Foro Tunecino para los Derechos Económicos y Sociales (FTDES) indicó que varios cientos de inmigrantes del África subsahariana habían sido evacuados por la fuerza de los campos instalados en Túnez y luego “deportados a la frontera con Argelia”.
El pasado mes de julio, periodistas de la AFP entrevistaron a inmigrantes exhaustos que deambulaban por el desierto en la frontera entre Túnez y Libia. Habían sido abandonados allí por las fuerzas de seguridad tunecinas, según sus testimonios y los de los guardias fronterizos libios.