La Comisión Europea dará a conocer el martes una lista de tecnologías clave que deberán ser mejor monitoreadas y defendidas contra estados rivales como China. La lista, que podría incluir inteligencia artificial, tecnologías cuánticas o semiconductores, se publicará a primera hora de la tarde del martes. Para las 15.30 horas está prevista una rueda de prensa.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, prometió el 20 de junio una “iniciativa” para finales de año para controlar mejor las inversiones de las empresas europeas en el extranjero. “Debemos garantizar que el capital de las empresas europeas, sus conocimientos, su experiencia y su investigación no sean utilizados indebidamente por determinados países para aplicaciones militares”, declaró. El mismo día, el ejecutivo de Bruselas detalló una estrategia para defender mejor los intereses económicos europeos sin dejar de ser un continente abierto.

En particular, deben evaluarse los riesgos para la resiliencia de las cadenas de suministro, en términos de fugas de conocimientos o el uso de dependencias para ejercer el chantaje. Luego, Bruselas anunció el establecimiento de una lista de tecnologías esenciales para las cuales se considerarían medidas de mitigación de riesgos. Estas medidas podrían incluir asociaciones internacionales, apoyo a sectores europeos o nuevas herramientas de respuesta a posibles amenazas.

La crisis del Covid en 2020 y luego la guerra en Ucrania provocaron una sacudida eléctrica en Europa. La pandemia ha puesto de manifiesto las fragilidades de las cadenas de suministro afectadas por el cierre de fronteras en China, mientras que el conflicto con Rusia ha puesto de manifiesto el riesgo de dependencia del gas ruso.

El anuncio se produce cuando la UE abrió una investigación en septiembre sobre supuestas ayudas ilegales de Beijing a los fabricantes chinos de automóviles eléctricos, lo que generó tensiones con el gigante asiático. La publicación también se produce cuando los eurodiputados, reunidos en sesión plenaria en Estrasburgo, deben aprobar definitivamente en una votación del mediodía un nuevo instrumento europeo destinado a castigar a cualquier país que utilice sanciones económicas para presionar a un miembro de la UE. Esta herramienta no apunta explícitamente a nadie, pero Beijing está claramente en su punto de mira. Podría utilizarse en un conflicto como el actual entre Lituania y China, explicaron funcionarios europeos. El país báltico acusa a Pekín de bloquear sus exportaciones para protestar contra la apertura de una representación diplomática taiwanesa en Vilna. China considera a Taiwán parte de su territorio. Por ahora, la UE ha iniciado disputas dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Con fines disuasorios, la UE podrá recurrir a diferentes tipos de represalias: congelación del acceso a los mercados públicos, bloqueo de autorizaciones para comercializar determinados productos, bloqueo de inversiones, etc. Se tratará de un último recurso, una vez agotados los canales de mediación, porque se favorecerá el diálogo directo con el Estado acusado de chantaje económico. Además de este instrumento, en los últimos años la UE se ha dotado de una serie de herramientas para defender sus intereses económicos, diversificar sus proveedores, producir más en Europa, exigir la apertura de los mercados públicos, etc. La Comisión ha simplificado la concesión de ayudas estatales a sectores estratégicos como los chips electrónicos. En marzo propuso un texto para asegurar sus compras de materias primas críticas.

El Comisario Europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, también comparecerá por la tarde ante los eurodiputados sobre las relaciones comerciales con China. El déficit comercial de la UE con el gigante asiático alcanzó el año pasado casi 400 mil millones de euros. Valdis Dombrovskis regresó la semana pasada de un viaje a China durante el cual criticó el “acceso desigual” de las empresas europeas a los mercados públicos y “un entorno empresarial más politizado”. Pekín, por su parte, aprovechó su visita para reafirmar su “fuerte descontento” con la investigación de la UE sobre las subvenciones chinas a los coches eléctricos.