El beneficio neto de Goldman Sachs cayó un 62 % en el segundo trimestre a 1100 millones de dólares, afectado de nuevo por la falta de acuerdos de fusiones y adquisiciones, así como por una menor actividad en la gestión de activos.

La facturación se situó en 10.900 millones de dólares en el mismo período, anunció el miércoles el grupo bancario. Ambos datos están en línea con las previsiones de consenso de los analistas de FactSet. Por otro lado, diluido por acción y excluyendo partidas excepcionales, el beneficio ascendió a 3,08 dólares en el trimestre frente a los 7,73 dólares del año anterior. Los analistas esperaban 3,10 dólares.

La rentabilidad de Goldman Sachs también sufrió un fuerte descenso respecto al primer trimestre del año (-65% en beneficio), que ya venía marcado por una caída de la actividad de sus banqueros de inversión y sus brokers. En la cotización previa a la apertura de Wall Street, la acción de Goldman Sachs se mantuvo casi estable (-0,18%).

David Solomon, máximo responsable del banco estadounidense, indicó en un comunicado de prensa que se mantenía “completamente confiado en que la implementación continua (de la estrategia del grupo) nos permitirá alcanzar nuestros objetivos de salida y crear un valor significativo para los accionistas”. La rentabilidad sobre recursos propios anualizada por el momento sigue siendo muy baja, del 4% para el trimestre y del 7,8% para el primer semestre, cuando el objetivo de la dirección es obtener en torno al 15%.

La caída en la facturación en la rama de Global Banking and Markets (fusiones y adquisiciones, OPI, levantamiento de capital) y en la gestión de activos fue parcialmente compensada por el aumento en la rama de Platform Solutions (productos financieros), señaló el grupo. En la banca de inversión, Goldman Sachs vio una «disminución significativa en toda la industria en fusiones y adquisiciones completadas».