Gérald Darmanin cuenta los días. El lunes comienza para él una prueba política: el proyecto de ley de inmigración, tras ser examinado en el Senado a principios de noviembre, llega a la Asamblea Nacional. Mientras que la derecha, acusando a la mayoría de haber descifrado el texto reescrito por la Cámara Alta en la comisión de leyes, indicó que no votaría a favor del texto tal como está, el Ministro del Interior camina sobre la cuerda floja. Y haz el acto de equilibrio.
¿Cómo convencer a los republicanos, cuyos votos son necesarios para la aprobación del texto, para evitar el uso del 49,3, sin enemistarse con el ala izquierda de la macronieve? En vísperas de un viaje a los Alpes Marítimos, a Niza y a Menton, este viernes, el inquilino de la plaza Beauvau concedió una entrevista a Nice-Matin. Inmediatamente insiste: “Nada ha terminado”. Y esto para refutar los cálculos, incluido el de Le Figaro, que muestran que el número de votos a favor del proyecto de ley es, por el momento, insuficiente para su aprobación.
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Sabiendo que la derecha es la piedra angular de los debates parlamentarios, Gérald Darmanin “quiere tenderles una mano”. El ministro no “quiere creer que LR optará por la política de lo peor o de la irresponsabilidad”. Todo ello, sin dejar de dar algunos ejemplos de su firmeza en materia migratoria: «El texto dará a la policía recursos adicionales muy importantes» o «los traficantes se arriesgarán a penas de entre 15 y 20 años de prisión».
Recordando, en ocasiones, que el Gobierno ha mantenido la mitad de los artículos propuestos por los senadores, «desea que dejemos atrás posturas políticas». “Gaullista”, insta a sus pares “a votar para defender el interés general”. Para ello, el Ministro del Interior se da por vencido. No sobre la AME, cuya reforma habría sido “censurada” por el Consejo Constitucional. Sino sobre el delito de residencia ilegal, que los republicanos pretenden reactivar.
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A este respecto, Gérald Darmanin considera que la “demanda” de la derecha “merece que le prestemos atención”. “Les recuerdo que fue la izquierda la que lo eliminó en 2012”, se burla el miembro de la ejecutiva. Que dice que está “abierto a discusión”. En cuanto al artículo 4 bis, que permitiría a los trabajadores indocumentados solicitar la regularización, pide a los LR que no sean “hipócritas”.
«Ciertas profesiones necesitan estos trabajadores», considera Gérald Darmanin, que, sin embargo, está de acuerdo con el derecho a excluir de este sistema a los extranjeros con antecedentes penales. La amenaza del 49,3 puede haber rondado los debates durante semanas, pero el ministro mantiene la calma. “No me pongo en esa perspectiva”, responde. Al estar “seguro de que los diputados republicanos acabarán comprendiendo y no permanecerán en la misma línea opositora que el RN”.