Los diputados rechazaron el miércoles 29 de noviembre en comisión la reforma constitucional de los republicanos, presentada como respuesta a la «inmigración masiva», pero derrotada por la mayoría de los otros grupos como una «obsesión» antiextranjera y antieuropea.

«Al haber sido rechazados todos los artículos», la comisión jurídica no votó el texto completo, que será examinado el 7 de diciembre en el hemiciclo, señaló la vicepresidenta Caroline Abadie al final de los debates.

El ponente del texto, Éric Ciotti, lamentó que “la mayoría se haya unido sistemáticamente a los Insoumis para negarse a abordar frontalmente este importante problema de la inmigración”. Los funcionarios de LR habían hecho de la implementación de esta reforma un requisito previo para cualquier acuerdo con la mayoría sobre su proyecto de ley de inmigración, que actualmente está siendo examinado en el comité legal. “Francia sólo podrá recuperar su destino en sus propias manos gracias a una revisión constitucional”, afirmó Éric Ciotti.

El texto de LR prevé en primer lugar ampliar el alcance del referéndum a cualquier proyecto de ley o proyecto de ley orgánico, dirigido explícitamente a cuestiones de inmigración. Sobre todo, pretende permitir que las leyes orgánicas adoptadas por las dos asambleas o por referéndum se desvíen de los tratados, acuerdos internacionales o el derecho europeo cuando esté en juego “respetar la identidad constitucional de Francia o salvaguardar (sus) intereses fundamentales”. En intervención, el presidente de la Comisión de Derecho, Sacha Houlié (Renacimiento), pidió que se suprimiera esta disposición «por respeto a lo que aprenden todos los estudiantes de primer año de Derecho» y al «orden constitucional».

El texto también prevé consagrar en la Constitución un criterio de “asimilación” para convertirse en francés, el fin de los derechos territoriales en Mayotte, cuotas de inmigración determinadas por el Parlamento y derribar barreras para expulsar a “cualquier nacional » extranjero, amenazando la “seguridad pública”. ” o condenado “a una pena de prisión”.

El campo presidencial, la izquierda y el grupo independiente Liot criticaron conjuntamente estas propuestas. Erwan Balanant (MoDem) expresó su “tristeza” al ver a Les Républicains “abandonar los valores humanistas y republicanos”. El presidente del grupo Horizontes, Laurent Marcangeli, estimó que «no era el momento» de lanzar una reforma de este tipo. Jean-François Coulomme (LFI) denunció una “obsesión por la identidad”. “Nos negaremos a hacer de la Constitución un panfleto de la derecha radicalizada y de la extrema derecha”, criticó el ecologista Benjamín Lucas.