Como ha podido demostrar estas últimas semanas, el Manchester City de Pep Guardiola también sabe ganar sin estridencias. Y volvió a ser así este martes, sobre el césped de Copenhague, en el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones (1-3). Pero el gol de Phil Foden (90.º 3) da una dimensión completamente nueva al éxito de los ciudadanos, no necesariamente extravagantes pero con pleno control en la atmósfera inhóspita del Parken en Copenhague, que encontró el octavo del C1 por primera vez desde entonces. 2011.

Goleador de nuevo, en la noche de su quincuagésima aparición en la competición europea más prestigiosa, Foden consolidó así la victoria de los vigentes campeones de Europa, más que nunca en una renuncia favorable antes del partido de vuelta a principios de marzo. Y eso es lo esencial para los Skyblues en su búsqueda medio admitida de un nuevo triplete (campeonato, Copa FA, Copa de Europa).

En su racha de diez victorias consecutivas, los hombres de Guardiola quisieron sepultar el suspenso desde el principio, abriendo el marcador a los diez minutos de juego. Para su primera de la temporada en C1, Kevin De Bruyne, regresó a la competición en A principios de enero, abrió el marcador en su tercer intento del partido, lo que dice mucho de los ataques iniciales de los visitantes. Pero a este último le faltó éxito, encontrando el larguero (20º) o el aire, en una volea acrobática de Erling Haaland que habría dado la vuelta al mundo (29º).

Y el Copenhague aprovechó, tras un error de Ederson en la reanudación, por medio de Magnus Mattsson, héroe local que llegó a principios de febrero (34º). Pero el City no tenía intención de entrar en pánico, por lo que Bernardo Silva volvió a poner en ventaja a los suyos antes del descanso (45.1), tras un balón arañado por De Bruyne en el área. En el horno y en el molino para su regreso al C1, “KDB” también será un pasador decisivo para Foden al final del partido. Suficiente para cosechar elogios, cuando su habitual “compañero de crimen”, Haaland, habrá visto el éxito huir de él hasta el final, desde el travesaño (77º) hasta un doble duelo perdido contra el portero contrario (90º 1). Resulta que no todo es siempre perfecto para el City. Pero el resultado suele ser el mismo.