El ruido de los combates resuena este sábado en los suburbios del norte de Jartum y una lluvia de proyectiles cayó sobre el sur de la capital, hiriendo a varios civiles, informan los residentes a la AFP. Desde que comenzó el 15 de abril la cruenta guerra entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhane, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) del general Mohamed Hamdane Daglo, humanitarios y voluntarios, las dificultades para recuperar los cuerpos «debido a la seguridad restricciones».

Los combates mortales, que entran en su octava semana, han obligado a los voluntarios de la Media Luna Roja de Sudán a enterrar 180 cuerpos no identificados: 102 en el sur de Jartum y 78 en Darfur. El conflicto ya ha costado la vida a más de 1.800 personas y ha creado más de un millón y medio de desplazados y refugiados.

No obstante, las conversaciones entre emisarios de los beligerantes organizadas en Jeddah, en el Mar Rojo, dieron como resultado un compromiso de principio para «proteger a los civiles» y permitir que los trabajadores humanitarios «recojan, registren y entierren a los muertos en coordinación con las autoridades competentes».

Pero el ejército se retiró el miércoles de estas negociaciones y al día siguiente Estados Unidos y Arabia Saudita dijeron que las suspendían oficialmente.

Junto a los estadounidenses y los saudíes, la Unión Africana, que suspendió a Sudán en 2021, e Igad, el bloque regional de África Oriental del que forma parte el país, han dicho que están listos para implementar una hoja de ruta en Sudán, uno de los países más pobres. en el mundo.

El sábado, un emisario del general Daglo se reunió con el presidente de Kenia, William Ruto, en Nairobi, dijo este último en Twitter.

A pesar del anuncio de sanciones estadounidenses contra el ejército y los paramilitares, los combates con armas pesadas siguen cada día cobrando víctimas, continúan los saqueos y sigue aumentando el número de desplazados. En Jartum, los civiles se ven privados de agua corriente y enfrentan escasez de efectivo y cortes de energía. Los conductores de autobuses que hacen de enlace entre Jartum y sus provincias dijeron el sábado a la AFP que «las autoridades bloquearán las puertas de la capital» de más de cinco millones de habitantes.