Una semana después de la liberación de un cooperante belga, Bélgica acogió en la noche del viernes al sábado a otros tres ciudadanos europeos detenidos en Irán, un danés y dos iraníes-austríacos, liberados tras duras negociaciones. Esta triple liberación a través del Sultanato de Omán se obtuvo -como la de Olivier Vandecasteele el pasado 26 de mayo- después de que Bélgica accediera a entregar a Teherán a un diplomático iraní condenado por terrorismo.
El pequeño avión médico que transportaba a los tres ex prisioneros desde Mascate aterrizó poco antes de las 2:45 a.m. en el aeropuerto militar de Melsbroek, cerca de Bruselas, señaló un periodista de la AFP.
Los tres hombres, uno de los cuales pasó siete años detenido en Irán, fueron recibidos por la ministra de Relaciones Exteriores belga, Hadja Lahbib, acompañada por diplomáticos daneses y austriacos.
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En un tuit, Lahbib dijo que había intercambiado con su homólogo iraní, Hossein Amir-Abdollahian, para hablarle de la «satisfacción» de Bélgica tras «la implementación del acuerdo concluido».
Fue el primer ministro belga, Alexander De Croo, quien anunció por la tarde la evacuación «vía Omán a Bélgica» de tres europeos «injustamente detenidos» en Irán. Una operación preparada con la mayor discreción durante varios días.
El Sultanato de Omán, agradecido unánimemente por Bruselas, Copenhague y Viena, ya había actuado como facilitador y país de tránsito el pasado 26 de mayo durante el intercambio entre el humanitario Vandecasteele y Assadollah Assadi, diplomático iraní condenado en Bélgica por terrorismo devuelto a su país.
El jefe de la diplomacia danesa, Lars Lokke Rasmussen, saludó esta operación y elogió en particular «los inmensos esfuerzos» de Bélgica. Pero prefirió ocultar la identidad de su nacional. Según Bélgica, esta última había sido arrestada en noviembre de 2022 «al margen de la manifestación por los derechos de las mujeres».
Austria, por su parte, ha identificado a sus presos liberados: Kamran Ghaderi, un empresario iraní-austríaco detenido en enero de 2016, y Massud Mossaheb, que pasó casi cuatro años detenido antes de ser liberado en noviembre de 2022 por motivos médicos. Sin embargo, anteriormente se le prohibió salir de Irán. Sufriendo, este septuagenario se bajó del avión en Melsbroek, apoyándose en muletas.
Ghaderi y Mossaheb pasaron respectivamente “2.709 y 1.586 días detenidos en Irán”, comentó desde Viena el jefe de la diplomacia austriaca, Alexander Schallenberg, al saludar “una maratón diplomática que finalmente dio sus frutos”.