Quebec tiene como objetivo ayudar a 50.000 personas más a conseguir empleo y reintegración social de aquí a 2030, con el fin de combatir el aumento del número de personas sin hogar. La ministra responsable de Solidaridad Social, Chantal Rouleau, recuerda, sin embargo, que el número de solicitantes de asilo recibidos ejerce presión «en casi todas partes» sobre los recursos existentes.
“Los solicitantes de asilo representan el 30% del número de personas que reciben el sistema de asistencia social. Eso significa más de 50.000 personas. Sigue siendo importante. Y tiene un impacto en las organizaciones comunitarias, en los servicios a los ciudadanos, en definitiva en casi todas partes”, explica Rouleau a La Presse, que presentará este viernes el nuevo Plan de lucha contra la pobreza y la exclusión social.
Su salida se produce cuando Quebec y Ottawa vuelven a dividirse en el tema de la inmigración, con el Primer Ministro François Legault declarando que sin los 270.000 inmigrantes temporales adicionales que Quebec ha acogido en los últimos dos años, “no habría más crisis de vivienda”.
«Es suficiente para endulzar las espaldas de los inmigrantes», respondió el ministro federal de Inmigración, Marc Miller, calificando las declaraciones de Legault de «fusiones injustas» y «irrazonables».
Para Chantal Rouleau, todo debería ser, ante todo, una cuestión de equilibrio. «Somos un pueblo acogedor, queremos seguir siéndolo, pero esto no debe tener un impacto en los servicios para todos los quebequenses, ni siquiera en los franceses», afirmó.
“Queremos ofrecer la francización, por eso necesitamos profesores, necesitamos locales. Es todo una cadena. Y cuando tomamos premisas para la afrancesamiento, es posible que sean organizaciones comunitarias las que se vean desplazadas, porque necesitamos clases. No hay nada sencillo”, añade el ministro.
Le preocupa que las personas en situaciones precarias estén “cada vez más alejadas del mercado laboral”.
Según él, este contexto es aún más «difícil» en Montreal, donde los medios de alojamiento ya están llenos y la angustia es más perceptible que nunca en las calles y en el metro.
Su plan fija en 50.000 el número de personas que serán “reintegradas” a través del empleo o la educación. “Queremos cambiar paradigmas y ser más solidarios. En particular, ampliaremos el Programa Objetivo de Empleo, que le permite obtener beneficios adicionales al ir a trabajar. Hasta ahora, sólo estaba dirigido a personas que recibían asistencia social por primera vez”, ilustra la señora Rouleau.
En total, el plan de lucha ascenderá a 4.300 millones, de los cuales 750 millones se destinarán a la aplicación de 71 acciones para «consolidar el apoyo destinado a las necesidades de las personas vulnerables». Buena parte de estos recursos se destinarán «a las organizaciones comunitarias de Montreal y a la ciudad», asegura el ministro.