Es raro que los presidentes de las dos cámaras hablen con la misma voz. Es aún más raro que aparezcan en el mismo televisor defendiendo la misma causa. Después de la convocatoria lanzada el martes para una marcha republicana contra el antisemitismo el próximo domingo, Yaël Braun-Pivet y Gérard Larcher fueron los invitados a las 20 horas en TF1 el miércoles por la noche para explicar en qué consistía su enfoque.

Si bien los actos antisemitas han explotado en Francia desde el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre, y han superado la cifra de 1.000, el presidente de la Asamblea Nacional “no puede permanecer pasivo y no actuar”. «Creo que Francia necesita una revitalización en torno a los valores de la República, en torno a los valores del laicismo», añadió su homólogo en el Senado. Quien deplora la forma en que “son tratados” los judíos de Francia, por los ataques de los que son víctimas, pero también en las redes sociales.

La oportunidad también para volver a la polémica, que agitó a la clase política este miércoles, sobre la presencia de la RN en esta manifestación. Si Marine Le Pen y Jordan Bardella han confirmado su presencia, a diferencia del LFI que se niega a hacerlo, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, afirmó poco antes que los representantes del partido nacionalista «no tendrán ningún lugar». El resto de la izquierda, que va a marchar, pretende montar “un cordón republicano” para no mezclarse con la RN. En TF1, el presidente de la Asamblea Nacional recordó haber “invitado sólo a los ciudadanos de nuestro país”. «No se trata de saber si ellos (los representantes de la RN) deberían ser bienvenidos», afirmó. Antes de anunciar que los dos presidentes “marcharán al frente de la comitiva”, pero “no al lado de la RN”.

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“Estamos hablando con los franceses. Es una marcha cívica, no es un mitin político. No es una reunión, no hemos invitado a ningún partido político”, tronó el funcionario electo de Yvelines. Qué manera de retrasar la polémica mientras la RN es el blanco de la izquierda y de los macronistas desde hace varios días. En el centro de las críticas: el presidente del partido nacionalista Jordan Bardella, acusado de haber afirmado el domingo en BFMTV que “Jean-Marie Le Pen no era antisemita”. Y esto a pesar de que este último fue excluido del partido en 2015 después de haber vuelto a referir la Shoá a un “detalle” de la Historia.

Los presidentes de las dos instituciones parlamentarias también quisieron responder a Jean-Luc Mélenchon, que había vilipendiado la “reunión de amigos de apoyo incondicional a la masacre” en Gaza. «Estamos aquí para pensar en nuestros 40 muertos, en nuestros rehenes detenidos», gruñó el presidente del Senado. Quien llamó a “recordar lo ocurrido el 7 de octubre”, sin “ordenar las muertes de cada persona”. Para luchar contra este antisemitismo, que es “una forma de hidra que nuestro país no debe volver a ver”, la marcha partirá de la Explanada de los Inválidos para llegar al Senado. “Habrá una única pancarta que encabezará la procesión y en la que se indicará “Por la República, contra el antisemitismo””, precisó, por su parte, la presidenta de la Asamblea Nacional, que se niega a Cualquier “polémica estéril llega a distorsionar y mancillar el mensaje”.