En enero, los gendarmes de la empresa Châlons-en-Champagne confiscaron más de 8,5 toneladas de armas antiguas a un particular y luego las destruyeron, según supo el lunes la gendarmería y el Parquet. Se ha abierto una investigación preliminar por posesión de armas de categoría A y B, indicó a la AFP la fiscalía de Châlons-en-Champagne, confirmando informaciones de la Unión.
“Decenas de miles de piezas de armamento”, entre ellas “cañones”, “cargadores”, “percutores” y “cartuchos”, pero también “proyectiles” y “cartuchos” estaban “almacenados en el hangar de “una propiedad completamente ilegal ”, indicaron los gendarmes en un comunicado de prensa, sin dar el nombre de la localidad de este hallazgo. No dijeron si se trataba de un coleccionista.
Bajo la dirección del fiscal, la operación se desarrolló durante tres días y movilizó a “varias decenas de gendarmes”. Una primera intervención de los desminadores de seguridad civil “ya había permitido evacuar más de cuatro toneladas de material activo peligroso (polvo, imprimaciones, etc.)”
En su comunicado, la gendarmería recuerda que la posesión de armas de fuego cumple “normas muy estrictas, incluso cuando son históricas o neutralizadas”. Cualquiera que viole estas normas se enfrenta a hasta cinco años de prisión y una multa de 75.000 euros, añadió.