El Presidente de la República alza la voz. Mientras que el lunes por la noche se pegaban etiquetas que representaban las “manos rojas” en el “Muro de los Justos” frente al Memorial de la Shoah en París, Emmanuel Macron denunció el martes 2 un acto de vandalismo, símbolo de un “odioso antisemitismo” contra el que “el La República, como siempre, se mantendrá inflexible”.

En un contexto de fuertes tensiones francesas relacionadas con el conflicto entre Israel y Hamás, como lo han demostrado las manifestaciones y los bloqueos en varias universidades, el Jefe de Estado consideró que la “degradación” de esta “barrera de la Ilustración contra el nazismo” equivalía a “dañar la memoria de estos héroes así como la de las víctimas de la Shoá”.

Un poco antes, fue Marine Le Pen quien expresó su emoción en un mensaje más político que el de su oponente. Para el líder de los diputados RN, el gesto, que recuerda la puesta en escena de los terroristas palestinos en octubre de 2000 después de haber linchado a dos soldados israelíes y se hace eco de lo ocurrido en Sciences Po, no es “lo indescriptible”. “Es la infame trivialización de un supuesto antisemitismo transmitido por la mortífera ideología islamista y los nauseabundos discursos de la extrema izquierda”. El Crif (Consejo Representativo de las Instituciones Judías en Francia) había criticado las degradaciones que “resuenan como un odioso grito de guerra contra los judíos”.