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Ha marcado tantos goles como el resto de jugadores de la plantilla del Metz desde enero y su regreso a casa. Privado de minutos de juego en el Ajax de Amsterdam, el georgiano tardó algunos partidos antes de reiniciar la máquina. Pero su nivel recuperó y rápidamente comprendimos que era el mejor jugador en el campo este viernes por la noche. Mejoró cada balón que tocó. Estuvo cerca de marcar por primera vez al inicio del partido, recibiendo un córner (4º). Es con el mismo tipo de acción que dará impulso a un equipo amorfo (33º) desde la apertura del marcador de Lensoise (11º). Diez minutos más tarde, fue él quien mejoró la recuperación de Kévin N’Doram para batir a Samba con un salto sublime (45º). “Mister George” está decidido a sacar a Metz del apuro, para el mayor placer de nuestros ojos.

Para poder sobrevivir, el FC Metz tenía que jugar como un equipo. No siempre ha sido así en las últimas semanas, especialmente durante el desastre contra el Mónaco (2-5). Pero este viernes por la noche se pueden citar varios nombres entre las actuaciones exitosas. Kevin N’Doram, Pape Amadou Diallo y Kevin Van den Kerkhof fueron decisivos cada uno a su manera y, en los minutos finales, jugaron todos con inteligencia. Defendieron bien, juntos, contra la presión de Lensois en los minutos finales y supieron conservar el balón para que los minutos transcurrieran. Hasta el pitido final liberador.

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fracasos

Pasada la media hora, nadie podía imaginar tal escenario. Los Lensois controlaron el partido y estuvieron más cerca de marcar un segundo gol que de encajarlo. Con 17 tiros del Lensois y sólo 2 a portería, es demasiado débil para un aspirante a Europa, sobre todo ante un equipo que juega a no caer. La cantidad de balones que han volado por encima de las jaulas es incalculable y demuestra una flagrante falta de confianza en las últimas semanas. Pero el fútbol avanza rápido y cuando no somos capaces de marcar, muchas veces somos castigados. Los Messin tenían un arma formidable en ataque y tenían la intención de usarla si la generosidad defensiva del oponente lo permitía.

Sólo lo vimos una vez y representó bien su partido. Un disparo que pasó muy lejos de la portería, como él en su partido. A diferencia de Said y Sotoca, ineficaces pero inquietos, Pereira Da Costa luchó por encontrar su lugar en el mediocampo. Se dejó dominar constantemente por la superioridad numérica del Metz en el centro del campo y finalizó el partido, a diferencia de Wesley Saïd, que pudo haber finalizado, sustituido por Wahi (60º). Una elección que demuestra que Franck Haise no estaba más inspirado esta noche en Saint-Symphorien.