El viernes se dictaron penas de hasta 21 años de prisión penal en el tribunal de Meurthe-et-Moselle contra 11 hombres juzgados, en particular, por el robo a mano armada de una empresa de orfebrería cuyo botín superó el millón de euros. Tras una deliberación de diez horas, el jurado llegó a la conclusión de las 148 cuestiones sometidas al tribunal para juzgar este caso emblemático de “gran bandolerismo bisontino”, como subrayó el fiscal general Hadrien Baron durante sus requisas.

El 3 de mayo de 2019, cinco encapuchados fuertemente armados irrumpieron en los locales de la empresa Losange, en Châtillon-le-Duc (Doubs), especializada en el diseño y la fabricación de joyas para joyeros de renombre. Robaron 38 kg de oro, por un importe total de 1,08 millones de euros. Esa mañana se encontraban presentes seis empleados. Se convirtieron en partes civiles. El oro nunca fue encontrado. En septiembre del mismo año, los ladrones atacaron la empresa Technilux en Voray-sur-l’Ognon (Alto Saona).

El acusado, de entre 25 y 52 años, llevaba casi tres semanas siendo juzgado en Nancy, donde la investigación estaba a cargo de la Jurisdicción Interregional Especializada (JIRS). Al final de los debates, cinco de ellos reiteraron sus disculpas a las víctimas, tomadas como rehenes durante el primer robo. Los dos principales acusados, los hermanos Sliman y Lahouari Founas, ausentes del proceso, fueron condenados respectivamente a 21 y 18 años de prisión. El primero cumple actualmente una pena de cinco años de prisión dictada en Argelia por los mismos hechos. Su hermano pequeño está prófugo.

Cuatro de los acusados ​​recibieron sentencias menores y se espera que eviten la prisión. En particular, dos de ellos fueron condenados únicamente por conducir sin permiso a seis meses y un año de prisión con suspensión total.

«El tribunal de lo penal pudo aplicar de manera justa el derecho penal en este caso totalmente vacío respecto de mi cliente», comentó Sophiane El Baroudi, abogada de un acusado absuelto de actos de robo a mano armada y asociación delictuosa.

Los fiscales generales Vincent Legaut y Hadrien Baron habían solicitado penas que van desde dos años de prisión, incluido un año de prisión suspendida, hasta 18 años de prisión. Subrayaron «la extrema gravedad de los hechos» y la importancia del daño económico, burlándose del «sentimiento de impunidad de los acusados».