Francia no puede en todos los casos devolver a un país vecino a un extranjero que haya entrado ilegalmente en su territorio. Ésta es, en esencia, la conclusión de una sentencia dictada el jueves por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
El TJUE fue solicitado por el Consejo de Estado francés, contactado a su vez por varias asociaciones sobre la siguiente pregunta: ¿puede un país que ha restablecido los controles en las fronteras interiores de la UE, como lo hace Francia desde 2015, rechazar sistemáticamente basándose únicamente en esto? ¿Un migrante que cruza la frontera de forma irregular, sin tener en cuenta una directiva europea llamada “retorno”?
Esta directiva prevé, en particular, que los nacionales no europeos puedan “beneficiarse de un determinado período de tiempo para abandonar voluntariamente el territorio”. “El Tribunal considera que, en tal situación, se puede adoptar una decisión de denegación de entrada sobre la base del Código de fronteras Schengen pero que, con vistas a la expulsión del interesado, no se deben aplicar las normas y procedimientos comunes previstos por el Código de fronteras Schengen. «La directiva de «retorno» aún debe respetarse, lo que puede dar lugar a que la adopción de tal decisión de denegar la entrada pierda gran parte de su utilidad», escribió el TJUE en un comunicado de prensa el jueves.
En resumen, “la decisión anula los efectos de las denegaciones de entrada por su sustancia”, comenta Laure Palun, directora de la Asociación Nacional de Atención en Frontera a Extranjeros (Anafé), que es una de las organizaciones solicitantes. Una “victoria”, cree, porque “el TJUE dice que no podemos encerrar a las personas en una zona de espera, que debemos darles tiempo para salir”.
«Después de ocho años de prácticas ilegales por parte del gobierno francés en términos de control y detención de personas migratorias en las fronteras internas, el TJUE confirma (…) que son contrarias a la ley», escribieron en un comunicado de prensa conjunto el jueves. una veintena de organizaciones, incluidas las que habían remitido el asunto al Consejo de Estado. Francia, creen, “debe cumplir con la legislación de la Unión Europea” y “tomar medidas inmediatas sin esperar a que el Consejo de Estado saque todas las consecuencias”.
Preguntado por la AFP, el Ministerio del Interior no reaccionó de inmediato. La decisión se produce después de que el Ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunciara esta semana un refuerzo de los controles en la frontera franco-italiana, con un número de policías y gendarmerías que aumentará de 500 a 700, en particular para evitar los cruces irregulares, tras las llegadas masivas a la isla de Lampedusa.
El presidente de los republicanos, Éric Ciotti, lamentó por su parte esta decisión restrictiva, citando la necesidad de que Francia recupere “el control de sus fronteras”.