Miles de partidarios del partido cristiano Fuerzas Libanesas (FL) asistieron el viernes al funeral de un dirigente del partido recientemente asesinado cerca de Beirut, exigiendo que se haga justicia y señalando con el dedo al chií Hezbollah. Pascal Sleiman, líder local de este influyente grupo, fue secuestrado el domingo en Jbeil (Biblos), al norte de Beirut, y su cuerpo fue encontrado en Siria, según las autoridades libanesas. Siete sirios acusados de estar implicados en este crimen fueron detenidos, tres de ellos entregados por las autoridades sirias al Líbano, según una fuente judicial.
Se trata de un “asesinato político hasta que se demuestre lo contrario”, afirmó el partido cristiano, liderado por Samir Geagea y notorio opositor de Hezbolá. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha negado cualquier participación de su partido. Después del funeral, Samir Geagea denunció a las autoridades “fallidas y corruptas”, atribuyendo su fracaso a las “armas ilegales” en particular, en referencia a Hezbolá. Este movimiento proiraní es el único partido que ha conservado su arsenal tras el final de la guerra civil (1975-1990) y ejerce una gran influencia en la vida política del país.
Además, desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás palestino en octubre, Hezbollah ha intercambiado fuego transfronterizo diario con Israel, provocando la oposición de la FL y otros partidos. «No queremos… vernos involucrados en una guerra sin fin», dijo Geagea. Cientos de simpatizantes y partidarios del LF se reunieron frente a la iglesia de Saint-Georges en Jbeil para recibir el ataúd antes del funeral. Muchos cuestionaron la versión oficial del ejército libanés según la cual Pascal Sleiman fue asesinado por personas que querían “robarle el coche”.
«La versión oficial (…) no es coherente», dijo a la AFP Jean Habchi, de 50 años, que vino a «defender la libertad en el Líbano». Como otros participantes, Roba el-Hajal, de 24 años, acusó a “Hezbolá y sus armas ilegales”, que, según ella, autorizaron “esta inseguridad rampante”. Ziad Hawat, gerente de FL en Jbeil, pidió una investigación “seria y transparente” (…) No queremos que la justicia ignore al autor del crimen cuando es conocido por todos. La mayoría de los asesinatos políticos en el Líbano han quedado impunes y años de crisis económica han debilitado aún más un sistema de justicia acusado de estar sujeto a interferencia política.
La ceremonia estuvo encabezada por el patriarca maronita Béchara Raï, líder espiritual de la mayor denominación cristiana del Líbano, quien llamó a «encontrar una solución definitiva a la presencia de refugiados sirios, algunos de los cuales están cometiendo crímenes atroces». Las autoridades libanesas dicen que están dando la bienvenida a unos dos millones de sirios que huyeron de la guerra civil que estalló en su país en 2011, el mayor número de refugiados per cápita del mundo. Casi 800.000 están registrados en las Naciones Unidas. El martes, el Ministro del Interior libanés prometió más firmeza “en cuanto al respeto de la ley por parte de los refugiados sirios”. Para Human Rights Watch, “el intento de convertir a toda la población de refugiados en chivo expiatorio (…) amenaza con alimentar la violencia que ya está en marcha contra los sirios en el Líbano”.