Le Figaro Niza
La controversia en torno a la «Isla de Canua», un proyecto de isla flotante nómada en el Golfo de Napoule, frente a Mandelieu (Alpes-Maritimes), continúa. Interrogado el 14 de marzo por el presidente de la Región Provenza-Alpes-Costa Azul, Renaud Muselier, feroz opositor de este trimarán XXL, el ministro de Transición Ecológica, Christophe Béchu, le respondió el viernes. “Este proyecto despierta una circunspección que suscribo”, escribe el inquilino del Hôtel de Roquelaure en una carta obtenida por Le Figaro. Párrafo tras párrafo, entendemos que el ministro, en nombre del Gobierno, se muestra desfavorable a esta barcaza en el mar Mediterráneo.
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«Usted plantea con razón la cuestión de la compatibilidad de este proyecto con la sensibilidad del ecosistema marino y la protección del medio ambiente y la biodiversidad», introduce Christophe Béchu en respuesta a los comentarios de Renaud Muselier. El presidente de la región de Paca había fustigado «un proyecto carente de sentido común» y explicado «su total oposición». La respuesta del Ministro va en su dirección: “Los análisis realizados indican que el proyecto no parece compatible con el amarre a esclusas existentes y que el amarre abierto no es adecuado, especialmente desde el punto de vista de la protección de las praderas de posidonia”. , detalla el ministro. “Mis servicios están muy atentos a este expediente”, prosigue, y anuncia que “todos los actores locales estarán llamados a expresarse en esta ocasión”.
Los dos diseñadores, apoyados por el alcalde de Mandelieu, Sébastien Leroy, tenían previsto inaugurar su isla flotante a finales de abril. Todo estaba casi listo. Con este nuevo giro, no hay duda de que se retrasará en el mejor de los casos. “El gobierno se ha posicionado claramente desfavorable al desarrollo en el mar territorial de actividades comerciales privadas, y en particular de hoteles y restaurantes”, insiste el ministro en la misiva, apoyándose en el nuevo artículo 40-3 resultante de la ley de 10 de marzo de 2023 contra “islas artificiales”. El artículo indica que sólo podrán establecerse aquellas “destinadas a la producción de energía renovable o necesarias para el ejercicio de una misión de servicio público”.
Se trata pues de una nueva corriente contraria lanzada contra la «Isla de Canua», tras la misiva del alcalde de Cannes, David Lisnard, que a finales de marzo se opuso a la recepción del trimarán en sus costas y confió en la primera ministra Elisabeth Borne. Si bien Christophe Béchu no entierra definitivamente el proyecto ya que indica que «se movilizarán los servicios estatales competentes para asegurar la compatibilidad» en el medio marino, menciona al final de su carta la ley que podría prohibirlo. “Esta disposición respaldada por el gobierno tiene como objetivo evitar la aparición de proyectos de estructuras flotantes con estatus indefinido”, escribe.