Moscú convocó el martes a los embajadores estadounidense, británico y canadiense acusándolos de «interferir» en los asuntos rusos, informaron las agencias de noticias rusas, citando al Ministerio de Relaciones Exteriores.

De inmediato no se precisó el motivo exacto de la citación, pero la víspera la diplomacia rusa había denunciado las críticas a estos diplomáticos tras la condena del opositor ruso-británico Vladimir Kara-Mourza a 25 años de prisión por «alta traición».

La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, insinuó que los tres embajadores, la estadounidense Lynne Tracy, la británica Deborah Bronnert y la canadiense Alison LeClaire, podrían ser convocados «para recordar qué deben y qué no deben hacer los diplomáticos».

El martes, la diplomacia rusa respaldó su posición, denunciando la “flagrante injerencia” de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá en los “asuntos internos” rusos. La condena del opositor Vladimir Kara-Mourza provocó indignación en los países occidentales, que deploraron en particular una sentencia “escandalosamente dura” y un “mal uso del poder judicial”.