Los propietarios de vehículos diésel equipados con un software de control de gases de escape no autorizado pueden reclamar daños y perjuicios a los fabricantes, dictaminó el martes el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en un caso que probablemente afecte a un gran número de automovilistas.
La técnica conocida como “ventanas térmicas” permite controlar la depuración de los gases de escape de los vehículos diésel en función de la temperatura exterior. El comprador de un vehículo equipado con dicho dispositivo “tiene derecho a una indemnización por parte del fabricante del automóvil cuando dicho dispositivo haya causado daños a este comprador”, según sentencia del TJUE.
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La justicia europea iba a pronunciarse sobre un recurso interpuesto contra el fabricante Mercedes, pero este software ha sido utilizado por un gran número de fabricantes desde el asunto «Dieselgate» en 2015. En respuesta al escándalo de las emisiones amañadas, el software del motor para vehículos diésel incriminó se había adaptado y se le había incorporado un dispositivo que cortaba la depuración de los gases de escape y la reducción de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) cuando las temperaturas eran demasiado bajas y superaban cierta altitud.
Después de varios tribunales administrativos, la justicia europea en julio de 2022, en una decisión separada, consideró ilegal esta práctica en la mayoría de los casos. El tribunal alemán de Ravensburg había pedido al TJUE que examinara el derecho de los propietarios de vehículos equipados con el dispositivo de «ventana térmica» a reclamar reparaciones.
El Tribunal considera que «los Estados miembros están obligados a prever que el comprador de un vehículo de este tipo tenga derecho a una compensación por parte de su fabricante». Especifica que corresponde a los tribunales alemanes calcular el monto de la compensación que puede ser debida. Se cree que el NOx es responsable de decenas de miles de muertes prematuras en todo el mundo cada año.
