La fiscalía de Rennes solicitó la remisión a la justicia penal de cuatro agentes de policía por homicidio involuntario tras la muerte de un joven bajo custodia policial en Saint-Malo en 2019, supo la AFP el martes 20 de febrero gracias al fiscal de la República.

Sin embargo, se solicitó el sobreseimiento del caso por el cargo de no asistencia a una persona en peligro, por el que los cuatro policías también fueron acusados ​​en noviembre de 2023, indicó a la AFP el fiscal Philippe Astruc, confirmando una información del Oeste de Francia.

El 9 de febrero de 2019, Allan Lambin, de 19 años, murió en una celda de la comisaría de Saint-Malo (Ille-et-Vilaine), donde había sido puesto bajo custodia policial unas horas antes. Esa noche, el joven y su padre regresaron al campamento donde se encontrarían con unos amigos. Durante la noche y bajo la lluvia, el joven conductor perdió la entrada al lugar y el auto terminó en la zanja. Cuando llegó la policía, el joven habría proferido insultos antes de ser objeto de una «detención complicada», indicó entonces la fiscalía de Saint-Malo, que luego fue devuelta en favor de la de Rennes.

En la comisaría, Allan Lambin fue examinado por un médico a las 22.40 horas. A las 00:30 horas, el médico notó un problema de salud y poco después el joven fue declarado muerto. La autopsia reveló hemorragia en el tórax y muerte por asfixia, según la abogada de la familia, la señora Hélène Laudic-Baron, precisando que el informe toxicológico indicaba «0,81 g de alcohol por litro de sangre».

“Allan se habría sentido mal en la celda. Al caer de rodillas, no habría tenido el reflejo de levantar la cabeza y se habría asfixiado», pero «el juez de instrucción reconoció que ninguna prueba médica permitía determinar la causa del malestar», añadió el abogado en febrero de 2020. Según ella, «varios testigos escuchados por la IGPN (Inspección General de la Policía Nacional) afirman haber visto a Allan inmovilizado en el suelo por la policía con una rodilla en el pecho y haberle oído gritar».