No es porque un proyecto de ley termine en la Asamblea Nacional que las oposiciones bajan los brazos. Mientras la reforma de las pensiones, largamente debatida desde principios de enero, acaba de ser adoptada este lunes tras el rechazo de dos mociones de censura -una de ellas por poco con nueve votos-, el Gobierno y la mayoría están soplando y quieren cerrar esta secuencia. En un tuit publicado momentos después del resultado de la votación del texto del grupo Liot, Élisabeth Borne se mostró satisfecha de que la representación nacional haya «llegado al final del camino democrático de esta reforma imprescindible para nuestro país». Y para agregar: “Es con humildad y seriedad que he asumido mi responsabilidad y la de mi gobierno. Por nuestro sistema de pensiones de reparto. Por nuestro modelo social.”
Una declaración esperada del presidente del Gobierno, necesaria para dar un poco de bálsamo en el corazón a la mayoría, pero cuyo tono no alcanza para templar el agotamiento de las oposiciones. Empezando por la líder de los diputados rebeldes Mathilde Panot. Tras la no aprobación de la primera moción de censura, el representante electo de Val-de-Marne se burló de un gobierno «ya muerto a los ojos de los franceses» y de un jefe de gobierno que «no tiene más poder para continuar su acción». , teniendo que “renunciar llevándose consigo su reforma”. Antes de tronar: «Nada se ha arreglado, y todo sigue en el país para seguir haciendo que se retire esta reforma».
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Aún dentro de los Insoumis, Jean-Luc Mélenchon, por su parte, llamó a la «censura popular (…) ya que el proceso de censura parlamentaria no funcionó». El excandidato presidencial de los Insoumis «desea que esta censura popular se exprese en todas partes, en todas las circunstancias y que nos permita obtener la retirada del texto». «Nueve votos de diferencia no son suficientes para cambiar de opinión», agregó. Para el primer secretario del PS Olivier Faure, “Emmanuel Macron abrió una crisis social y política”, y “Está aislado”. Prediciendo que «el Gobierno del Borne vive sus últimas horas», el diputado socialista de Seine-et-Marne considera que «ahora sólo quedan tres soluciones: retirada inmediata, referéndum o disolución».
En el otro lado del espectro político, Marine Le Pen, que llevó una de las dos mociones de censura con su grupo, no es más tierna que sus compañeros de Nupes. Según el excandidato nacionalista al cargo supremo, “el viento de la pelota no pasó muy lejos de todos modos. Políticamente, el presidente no puede actuar como si nada hubiera pasado. Poco después, el líder de los cargos electos de RN instó al Ejecutivo a sacar las consecuencias: la Primera Ministra, cuyo equipo fue «sancionado tanto en la forma como en el fondo», «debe irse o el presidente debe renunciar a ella». La oportunidad también para Marine Le Pen de reprender los votos del grupo LR, más divididos que nunca, pero que permitieron salvar el gobierno: “Es un cierto número de LR los responsables de mantener el gobierno. Tendrán que cargar con las consecuencias frente a los votantes (…) Al salvar al jefe de gobierno, estos LR se han posicionado claramente en la mayoría de Emmanuel Macron.
Precisamente la derecha mostró rápidamente sus divisiones en público. Por un lado, Éric Ciotti, presidente de LR, también se ha hecho pasar por el garante de la unidad de su campo. «Nuestra familia política, en un espíritu de coherencia, de responsabilidad, se negó a participar en el caos inevitable si se hubiera adoptado esta moción», afirmó luego el diputado de los Alpes Marítimos. Y luego patalea cuando se le pregunta a este último sobre estos 19 LR electos, de 61, que votaron a favor: “La censura no fue aprobada por una amplísima mayoría de diputados de LR de acuerdo con lo que hubiésemos deseado”.
En este contexto, su exvicepresidente Aurélien Pradié no está del todo en la misma sintonía. Si las nueve nueces aparte «resuenan como una potente descarga eléctrica», en palabras del diputado por Lot, este opositor a la reforma de las pensiones subraya las escisiones de los republicanos: «En ningún momento en nuestro grupo, no hubo instrucción de voto ( …) está (nuestra familia política, nota del editor) atravesando una crisis, pero por lo demás menos importante que la que atraviesa nuestro país. Porque la reforma de las pensiones no ha terminado de ser un catalizador de las divisiones de los republicanos: para la mañana del martes está previsto un consejo estratégico del partido.