Le Fígaro Nantes

Un doble ataque, uno tras otro. Dos guardias del centro de detención preventiva de Nantes han sido detenidos en los últimos días tras haber sido atacados mientras trabajaban. Aferrado por un recluso recalcitrante, que se negó a regresar a su hacinada celda, el primero fue arrojado violentamente al suelo; Unos días después, un colega que intentaba intervenir en una pelea entre cautivos fue víctima de un inesperado y contundente golpe en el rostro. Hechos que se remontan al 23 y 29 de abril.

“El primer compañero, que recibió un cepillo, tiene varios hematomas por el ataque. La segunda quedó completamente paralizada por el violento derecho que tomó, informa a Le Figaro William Cozic, delegado de FO del centro penitenciario de Nantes. Ella todavía está conmocionada por el accidente, ya que había intervenido entre los detenidos para calmar la situación.

Según el funcionario de prisiones, estos dos ataques podrían atribuirse a las crecientes tensiones generadas por el hacinamiento carcelario. El mes pasado, unos 200 detenidos durmieron en colchones colocados en el suelo en celdas abarrotadas del centro de detención de Nantes. Las peleas entre prisioneros aumentan la promiscuidad. “Cada vez hay más luchas, sobre todo en un contexto de trata. Sin embargo, no tenemos ninguna solución ni margen de maniobra para gestionar mejor estos problemas”, lamenta William Cozic.

Situado al norte de la ciudad, el centro de detención preventiva de Nantes bate desde hace varias semanas su récord histórico de hacinamiento con, hasta el 23 de abril, 946 reclusos para 508 plazas. El número de guardias penitenciarios, por el contrario, se mantiene fijo en unos 200 agentes.