Tres marselleses de 27 años fueron condenados el viernes a diez años de prisión por el secuestro de un comerciante de una ciudad de Arlés, en el contexto de una guerra territorial por el control del tráfico de drogas en esta ciudad de 52.000 habitantes.
El director de una pizzería situada en la ciudad de Barriol, punto crítico del tráfico de drogas en Arles, fue secuestrado en julio de 2021, molestado y llevado a su domicilio con el pretexto de haber proporcionado información sobre el equipo marsellés en proceso de toma. a través de la red de venta de drogas. Los acusados siempre han negado ser los agresores del comerciante que había identificado a uno de ellos como cliente de su pizzería.
Para exigir su liberación, sus abogados habían señalado «grandes zonas grises», en particular la presencia durante el secuestro de un segundo equipo de tres delincuentes, nunca identificados. Los procesamientos sólo se referían a actos de secuestro, secuestro, robo violento y extorsión cometidos unos meses después.
El comerciante, amenazado, se vio obligado a vender su restaurante a un precio reducido, un tercio del importe previsto. Aunque no fueron juzgados por organización de tráfico en la ciudad de Barriol, este caso de violencia vinculado al tráfico de drogas fue una oportunidad para que el fiscal resaltara el «expansionismo» de los narcotraficantes marselleses, siempre buscando nuevos territorios, más allá de las ciudades de Marsella, “transformadas en el Salvaje Oeste y donde el mercado está saturado”.
La fiscalía destacó el “increíble ascenso” de este equipo, un grupo de amigos de la infancia que “rápidamente saltó a la fama en la jerarquía del crimen”. Si bien reconoció sus “viajes vitales difíciles” –uno de ellos conoció tarde a su madre, que estaba encarcelada por el asesinato de su padre–, el fiscal no quiso conservar “esta excusa que, a la luz de la gravedad de los hechos, es empezando a no dar frutos”.
Dos de los tres acusados también están imputados por el asesinato de un adolescente de 16 años, pequeño traficante en la localidad de Barriol, asesinado cinco días después del secuestro del comerciante. En el vehículo de los agresores, la policía descubrió el ADN del gerente de la pizzería, lo que estableció que había sido utilizado en su secuestro. El viernes, un cuarto hombre, encarcelado en el momento del secuestro, fue condenado a tres años de prisión por extorsión. El tribunal dictaminó que efectivamente era el autor de una llamada telefónica para amenazar al comerciante.