Le Figaro Burdeos

Están tan molestos que no quisieron hablar durante la manifestación de apoyo este lunes por la mañana. Shenaya y Ana-Maria, dos estudiantes de último año del instituto Magendie de Burdeos, están amenazadas de expulsión, a pesar de su integración y sus buenos resultados académicos. Tras la cobertura mediática de su situación en los últimos días, y dos peticiones pidiendo que permanecieran en Francia, este domingo se cometieron destrozos en una de las paredes de su instituto, con las etiquetas “Ni Shenaya ni abaya”, “France aux French ” y “Acción Directa Nacionalista”.

«Estas inscripciones son vergonzosas y odiosas», afirmó este lunes ante el instituto el juez Loïc Prud’homme, diputado de La France Insoumise por Gironda. En los últimos meses se han encontrado etiquetas similares, atribuidas a la extrema derecha, en oficinas parlamentarias y en locales de asociaciones, incluida la de SOS Racisme. Para Erwan Nzimenya, presidente del comité de SOS Racismo de Gironda, estas infames degradaciones serían también una señal de que los estudiantes de secundaria que apoyan a sus camaradas amenazados estarían “en el lado correcto de la historia”. Loïc Prud’homme anima a los estudiantes de secundaria a «no aceptar nunca el más mínimo comentario racista o xenófobo» y afirma su deseo de ir «hasta la regularización» de Shenaya y Ana-Maria, «para que puedan construir su futuro en el país».

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Sin embargo, la lucha aún está lejos de estar ganada. Los dos jóvenes estudiantes de secundaria de Magendie se encuentran en una situación complicada. Shenaya es una originaria de Sri Lanka que llegó con sus padres en 2019 con una visa de turista. Habiendo huido de su país “por motivos políticos”, sus padres solicitaron asilo político pero no se lo concedieron. Ana-Maria es originaria de Moldavia. También llegó a Francia en 2019, con su madre, porque le habían diagnosticado un cáncer y le quedaban “sólo tres meses de vida”. Después de varias operaciones, ahora está curada pero desea “terminar los estudios que inició hace cuatro años”.

En este sentido, los numerosos profesores del instituto Magendie presentes este lunes son unánimes: Shenaya y Ana-Maria son dos jóvenes trabajadoras e integradas. “Admiro a estos estudiantes”, explica Marie Gomes, profesora de filosofía que tiene en su clase a dos estudiantes de secundaria. “Están en clase, trabajan y se esfuerzan”, especifica la profesora, a quien le gustaría “tener sólo alumnos como ellos”. Critica a la prefectura de Gironda por su “violencia” en los términos de la obligación de abandonar el territorio francés (OQTF) dirigida a Shenaya. «Le decimos que no tiene vínculos con Francia, aunque está particularmente bien integrada».

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En la petición para suspender este OQTF, que cuenta con alrededor de 35.000 firmas, Shenaya recuerda precisamente los agravios que se le imputan. Sería «privada de cualquier vínculo privado o familiar estrecho y estable en Francia» y no presentaría «ningún documento que establezca su integración duradera en la sociedad francesa». Declaraciones fuertemente contestadas por la joven y sus allegados. Clément Vauchelles, profesor de francés en Magendie, protesta contra “este discurso incoherente de la prefectura que dice que nuestros estudiantes no están integrados en el establecimiento”.

«La única crítica que se hace a Shenaya y Ana-Maria es su situación administrativa», añade el diputado Loïc Prud’homme, «porque no han cometido ningún delito o falta». La prefectura de Gironda, sin embargo, recuerda que «el prefecto se ha comprometido a reestudiar el expediente» de Shenaya, si presenta un recurso. En cuanto a Ana María, no está amparada por un OQTF pero ha “presentado una solicitud de extranjero enfermo y una solicitud de regularización para admisión excepcional a estancia”, al mismo tiempo que su madre, precisan los servicios del Estado. Sus expedientes están “bajo investigación”.

Conmovidas por esta muestra de solidaridad pero abrumadas por ciertas reacciones, Shenaya y Ana-Maria no quisieron hablar este lunes. “Habían planeado hablar pero ya no lo sienten”, explica Naoki, estudiante de secundaria y activista del colectivo estudiantil Le Fist Raised. Más allá de la difusión de la petición, el desafío de la movilización es también mostrar un “apoyo diario” a las dos jóvenes, insiste Clément Vauchelles. “La petición fue firmada en gran parte por los profesores de secundaria”, explica el profesor, y se “adjuntará al expediente del abogado para la apelación de Shenaya y el nuevo examen del expediente de Ana María”. Se debe dar una respuesta en un plazo de dos meses. “Y si es necesaria una removilización en caso de resultados negativos, allí estaremos”, anuncia ya el profesor.