¿Quién pagará la factura? Los jefes de veinte grupos de telecomunicaciones europeos, entre ellos Deutsche Telekom, Orange y Vodafone, pidieron el lunes a la Unión Europea que establezca «una contribución financiera justa» de los gigantes digitales a los costes del tráfico de datos que generan. «Las grandes empresas tecnológicas no pagan hoy casi nada por el transporte de datos en nuestras redes, lo que dista mucho de cubrir los costes de las inversiones necesarias» para ampliar las infraestructuras de telecomunicaciones, en particular en las de muy alta velocidad, afirman los firmantes en un artículo conjunto publicado en el sitio web de Etno, el lobby del sector.

Según estos dirigentes, la UE ha estimado unas inversiones de 174.000 millones de euros para alcanzar los ambiciosos objetivos del continente en materia de conectividad de aquí a 2030. Hacer pagar a gigantes de la web como YouTube, Netflix o Facebook, cuyos servicios ocupan gran parte de las capacidades de la red, es una petición recurrente de los operadores. Pero las “grandes tecnologías” lo rechazan firmemente.

En febrero, la Comisión Europea lanzó una amplia consulta sobre el tema con las partes interesadas (empresas, ONG, ciudadanos, etc.) y prometió informar sobre los resultados. La fecha límite para presentar aportaciones finalizó el 19 de mayo y el ejecutivo europeo espera poder comunicarlas a finales de año. Tras esta comunicación tan esperada, la Comisión podría anunciar “medidas para el futuro del sector”, pero se muestra muy cautelosa sobre la posibilidad de hacer pagar a los gigantes digitales.

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«Los operadores de telecomunicaciones europeos están pidiendo a los responsables políticos de la UE que garanticen una contribución justa de las empresas que más se benefician de la infraestructura que construimos y operamos», escriben los líderes de los 20 grupos de telecomunicaciones. «Un mecanismo de este tipo debería tener un ámbito de aplicación bien definido y específico, dirigiéndose sólo a los mayores generadores de tráfico, excluyendo a los proveedores de contenidos y aplicaciones más pequeños», argumentan.

La CCIA, uno de los principales lobbies de los gigantes digitales, rechaza categóricamente esta idea, considerando que los clientes de los operadores ya pagan por el acceso a las redes. Creen que introducir una contribución adicional equivaldría a hacerles pagar una segunda vez, a través de un aumento en el coste de los servicios de streaming y de nube.

Otras críticas de las asociaciones europeas que defienden los “derechos digitales” también están preocupadas por un posible impacto en el principio de igualdad de trato y acceso a los contenidos en línea, conocido como “neutralidad de la red”. Según ellos, hacer que ciertos grandes actores paguen más podría conducir en última instancia a concederles un acceso privilegiado.