Cuarenta y cuatro civiles murieron en el ataque a dos aldeas en el noreste de Burkina Faso, cerca de la frontera con Níger, por parte de «grupos terroristas armados» durante la noche del jueves al viernes, dijo el sábado el gobernador de la región del Sahel.
«La evaluación provisional de este despreciable y bárbaro ataque» que tuvo como objetivo las aldeas de Kourakou y Tondobi, «indicó 44 civiles muertos y heridos», detalla el teniente coronel Rodolphe Sorgho. 31 fueron asesinados en Kourakou y 13 en Tondobi, dijo.
El gobernador aseguró que «se adelantan acciones para estabilizar la localidad luego de (una) ofensiva liderada por las fuerzas de defensa y seguridad (FDS) que permitió poner a salvo a los grupos terroristas armados que perpetraron dicho ataque».
Este doble atentado se produjo en localidades situadas a cinco kilómetros de Seytenga, localidad fronteriza con Níger, desolada en junio de 2022 por un atentado reivindicado por el Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS) que dejó 86 muertos.
El teniente coronel Sorgho también invitó el sábado a las poblaciones locales “a unir fuerzas con las FDS y alistarse como voluntarios para la defensa de la patria (VDP, auxiliares civiles) para participar en la defensa de sus respectivas localidades”.
Burkina Faso, en particular su parte norte, está atrapada desde 2015 en una espiral de violencia atribuida a grupos yihadistas vinculados a Al-Qaeda y al Estado Islámico (EI), que han matado a más de 10.000 civiles y militares, según ONG , y unos dos millones de desplazados internos.
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El país está gobernado desde septiembre por el capitán Ibrahim Traoré, quien llegó al poder en un golpe de estado, el segundo en ocho meses.
En febrero, el capitán Traoré había expresado en febrero su «determinación intacta» de luchar contra los yihadistas, a pesar de la multiplicación de los ataques.