El Parlamento ha adoptado este jueves medidas para mejorar el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad en la función pública, con paridad de nombramientos hasta el gabinete del Elíseo. El proyecto de ley transpartidista recibió una luz verde final unánime del Senado el jueves, donde se originó. Vale la aprobación definitiva, luego de la amplia votación obtenida la víspera en la Asamblea Nacional, donde sólo el grupo de RN se opuso a las cuotas según él «ofensivas para las mujeres».

Les mesures adoptées renforcent le dispositif de «nominations équilibrées» de la loi Sauvadet, qui imposait depuis 2013 un taux minimal (40% depuis 2017) d’hommes et de femmes parmi les personnes nommées pour la première fois aux principaux postes de direction de la funcion PUBLICA. Estas disposiciones han permitido mejorar la feminización de unos 6.000 puestos de trabajo afectados, pero las mujeres siguen siendo una gran minoría, a pesar de que representan más del 60% de los funcionarios públicos.

El Parlamento eleva así al 50% la tasa de personas de cada sexo en los primeros nombramientos en puestos de dirección y dirección, so pena de sanciones pecuniarias. Con entrada en vigor a partir de 2026 tanto para la función pública del Estado, como para la función pública hospitalaria, donde se ha ampliado el ámbito de aplicación a jefes de servicio y polos.

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Para las entidades locales, la obligación surtirá efectos “a partir de la próxima renovación general de sus asambleas deliberantes”. Los municipios siguen preocupados a partir de los 40.000 habitantes, habiendo aceptado los diputados, en su compromiso con el Senado, renunciar a bajar el umbral a los 20.000. Las nuevas obligaciones se referirán también a los puestos de trabajo en los despachos ministeriales, así como a los del despacho del Presidente de la República. También se prevén sanciones pecuniarias, pero solo en caso de no publicación del número de hombres y mujeres designados, a partir de 2026.

Además de los nombramientos, otra de las medidas emblemáticas de la ley atañe a la alta función pública: introduce a partir de 2027 una tasa mínima del 40% de personas de cada sexo presentes en estos puestos de responsabilidad. Con una sanción económica prevista en caso de incumplimiento, transcurrido un plazo de tres años, hasta el 1% de la nómina.

También se ha implantado un índice de igualdad profesional en el sector público, de publicación obligatoria. No es «una ley simbólica» sino «una herramienta concreta para mover las líneas» a favor de la feminización de los puestos de responsabilidad, subrayó el Ministro de la Función Pública Stanislas Guérini, saludando un texto «ambicioso, proporcionado, operativo».