(Roma) Instalación de árboles y refrigeración en fuentes: turistas y residentes en Italia intentaron hacer frente el viernes a la primera ola de calor del verano, con temperaturas de alrededor de 40°C.
Según el servicio meteorológico oficial de la Fuerza Aérea, las temperaturas rozaron los 40°C en algunas partes del país, mientras que el Ministerio de Salud puso varias ciudades en alerta roja por ola de calor, entre ellas Roma y Palermo (Sicilia).
El sitio meteorológico Il Meteo culpó a un anticiclón africano llamado “Minos”, llamado así en honor al hijo de Zeus en la mitología griega, quien se convirtió en el juez del inframundo después de su muerte.
En Roma, donde las Fuerzas Aéreas registraron un máximo de 39°C el jueves, las autoridades locales instalaron palmeras en macetas en las paradas de autobús para ofrecer algo de sombra a los transeúntes.
La capital italiana tiene muchos parques y fuentes de agua potable gratuitas, pero muchas calles y plazas están completamente expuestas al sol abrasador.
El viernes, numerosos turistas, italianos y extranjeros, se refrescaron alrededor de las fuentes de piedra, bebiendo agua o chapoteando la cabeza.
«Como no hacemos nada, no tenemos nada de qué quejarnos. Pienso en los que están en las obras, los que trabajan aquí, debe ser terrible», dijo a la AFP-TV un turista suizo.
“Volvemos un rato al hotel para evitar las horas más calurosas del día”, explica Anna Verna, una turista italiana de 34 años.
“Luego volveremos a salir […] Roma es hermosa, por eso queremos disfrutarla incluso cuando hace calor”, dice con una sonrisa.
La ONG ecologista Greenpeace comprobó con una cámara térmica que en algunos lugares, especialmente en el Coliseo, las temperaturas superaban con creces los 50°C a nivel del suelo.
En 2023, Roma registró un pico de temperatura récord de 42,9°C el 18 de julio, según el municipio.
“Un récord que lamentablemente corremos el riesgo de batir este verano […] aunque sea sólo junio”, advirtió Sabrina Alfonsi, asesora ambiental.
El cambio climático provocado por la actividad humana está calentando el planeta a un ritmo alarmante, provocando intensas olas de calor que van en aumento, según la comunidad científica mundial.