¿Irá, no irá? Por ahora, ni siquiera el propio Pablo Longoria parece haber tomado aún su decisión. Después de decidir retirarse el martes por la noche, al día siguiente de una tormentosa reunión con las peñas del OM, el presidente del club de Marsella está llevando a cabo una reflexión interna, pero también externa, pidiendo numerosos consejos a su entorno para saber si debía continuar la aventura en Marsella.

A la hora de rellenar la columna de motivos para quedarse, o al menos para no marcharse por capricho, el español pensará inevitablemente en la cláusula de su contrato desvelada este viernes por la mañana en las columnas de L’Equipe, y confirmada durante la jornada. por La Provenza. Es decir, en caso de dimisión, tendrá que pagar todos los sueldos que percibió durante su mandato como presidente al frente del OM al grupo liderado por Frank McCourt.

Una cláusula, a priori contraria al derecho laboral francés, que, en el fondo, simplemente pretendía proteger al accionista de Boston de un posible cambio de opinión por parte de Pablo Longoria en las semanas siguientes a su nombramiento el 26 de febrero de 2021, y por tanto de una salida. del español. No era el caso. Excepto que desde entonces, el contrato de Longoria no ha sido revisado ni modificado, y esta cláusula seguiría apareciendo allí. Sin conocerse el importe exacto de los emolumentos mensuales del asturiano, no cabe duda de que la suma podría resultar considerable. ¿Y prohibitivo a la hora de dimitir? Posible, siempre que resulte legal. Aún así, Frank McCourt todavía quiere que Longoria y toda la junta permanezcan en su lugar.