Este es otro giro más en la increíble saga que ha sacudido al mundo tecnológico durante casi una semana. OpenAI anunció el miércoles el regreso a la dirección de su cofundador Sam Altman, pocos días después de su despido, anunció el creador de ChatGPT. «Hemos llegado a un acuerdo de principio para que Sam regrese a OpenAI como director ejecutivo», dijo la compañía.
Este regreso va acompañado de un cambio en la composición del consejo de administración, el mismo que votó el viernes para destituir a Sam Altman. El empresario Bret Taylor, que fue presidente de la junta directiva de Twitter antes de la adquisición de la red social por parte de Elon Musk el año pasado, y el economista Larry Summers, ganaron un puesto. Adam D’Angelo, fundador del sitio Quora, conserva su puesto de administrador. Aún no se sabe qué pasa con los demás administradores que iniciaron el despido.
Lea también: Sam Altman regresa a OpenAI cinco días después de su despido: la semana loca del padre de ChatGPT
Los disturbios no han terminado. En un comunicado publicado en
Con 13 mil millones de dólares invertidos en la empresa, Microsoft es el principal socio estratégico y financiero de OpenAI. Pero, como todos los inversores de la start-up, el grupo tecnológico estadounidense no estaba representado en el consejo de administración. De hecho, este último está adscrito a una estructura sin fines de lucro, que no rinde cuentas ante los accionistas. Es probable que esta gobernanza sea rápidamente revisada.
Satya Nadella anunció el domingo por la noche la llegada de Sam Altman y Greg Brockman, presidente dimisionario de OpenAI, a Microsoft. Se suponía que debían construir una nueva entidad destinada a la investigación avanzada en IA. Este proyecto está abandonado. «Sam, Greg y yo coincidimos en que tienen un papel central que desempeñar en la dirección de OpenAI, para que esta empresa siga brillando y pueda cumplir su misión», explica el ejecutivo de Microsoft.
«Cuando decidí unirme a Microsoft el domingo por la noche, me pareció la mejor opción posible para mí y para el equipo», explica Sam Altman en X. «Pero con esta nueva junta directiva y el apoyo de Satya, espero con ansias volviendo a OpenAI”. El dirigente regresado a su puesto indica que “todo lo que he podido hacer en los últimos días tenía un solo objetivo, preservar nuestro equipo y nuestra misión”.
El lunes, casi todos los 770 empleados de OpenAI amenazaron con dimitir si Sam Altman no regresaba a la empresa. Prometieron acompañarlo en sus nuevas aventuras en Microsoft si su petición no era concedida por la junta directiva. Este escenario habría convertido a OpenAI en un caparazón vacío.