(Ottawa) El ex ministro de Defensa Nacional, Harjit Sajjan, niega haber ordenado a las Fuerzas Armadas canadienses (CAF) dar prioridad a la evacuación de afganos de fe sij durante la caída de Kabul en agosto de 2021. Afirma haber sido una transmisión de correa, no una fuente de presión.

El diario Globe and Mail informó el jueves que el ministro intervino personalmente para expulsar del país a un grupo de 225 personas de la minoría religiosa, en perjuicio de ciudadanos canadienses o afganos vinculados a Canadá.

Según fuentes militares canadienses confidenciales que estuvieron en tierra durante los últimos vuelos de evacuación, los afganos de fe sikh no eran considerados una prioridad, dada su falta de vínculos con Canadá, según la publicación.

«No ordené a las Fuerzas Armadas canadienses que dieran prioridad a los sijs», dijo el ministro Sajjan en una declaración enviada por primera vez al Globe and Mail, que luego su oficina compartió con otros medios.

El hombre, que estuvo tres veces en Afganistán durante su estancia en las FAC, explica haber transmitido a la cadena de mando información sobre un grupo de unos 225 afganos de fe sikh que se habían refugiado en un templo (gurdwara) de Kabul.

Pero «no ordené a las FAC que emprendieran una misión de rescate en un gurdwara o en otro lugar», aseguró el ministro Sajjan. “Mi mensaje a la ONG fue el mismo que el que la FAC transmitió directamente a los sikhs afganos a través de sus propios canales: avanzar hacia el aeropuerto”, prosiguió.

Incluso llegó a acusar a la publicación de sacar conclusiones basadas en prejuicios racistas.

La Organización Mundial Sij de Canadá (OSM) apoyó la interpretación de Harjit Sajjan, argumentando que, además de ser «infundadas», las «acusaciones» parecían «influidas por prejuicios contra su identidad sij».

En un comunicado enviado el jueves, el Departamento de Defensa Nacional argumentó que todas las operaciones de evacuación se habían llevado a cabo “de acuerdo con las directivas del Gobierno de Canadá y del Ministro de Defensa Nacional”.

Las órdenes «provinieron del Jefe de Estado Mayor y sus comandantes de nivel operativo» y las decisiones se tomaron teniendo en cuenta «los riesgos asociados con la ejecución de estas operaciones», añadió el ministerio en el mismo correo electrónico.

Los sijs en cuestión no pudieron ser extirpados de Afganistán en agosto de 2021, cuando el régimen talibán recuperó el control. Sin embargo, lograron escapar a bordo de aviones fletados por otros gobiernos, incluido el de la India, varios meses después.

Los sikhs son una minoría religiosa muy pequeña en Afganistán, un país predominantemente musulmán donde enfrentan discriminación. En marzo de 2020, un ataque selectivo por parte de Daesh (grupo armado del Estado Islámico) en un gurdwara en Kabul dejó al menos 25 víctimas.

Después del ataque, «unos 200 miembros de la comunidad sikh abandonaron el país hacia la India, alegando que lo hicieron por falta de seguridad y por insuficiente protección gubernamental», según un informe del Departamento de Defensa estadounidense.

La gravedad de la situación llevó a los funcionarios electos a escribir al entonces ministro federal de Inmigración, Marco Mendicino, para instarle a crear un programa especial para reubicar a sijs e hindúes en Canadá.

La misiva fue firmada por parlamentarios conservadores, nuevos demócratas y verdes. También lo rubricó el ex ministro conservador de Defensa Nacional, Peter MacKay.

Esta no es la primera vez que Harjit Sajjan, que fue degradado a Desarrollo Internacional después de las elecciones de 2021 y ahora ocupa la cartera de Protección Civil, se encuentra en problemas.

En 2017 tuvo que disculparse tras presentarse como el artífice de la Operación Medusa. Esta, que tuvo lugar en septiembre de 2006, fue la mayor operación de combate canadiense desde la Guerra de Corea.

El ministro también fue criticado por los partidos de la oposición por haber exigido -y obtenido- el derecho a no estar sujeto a medidas de seguridad en los aeropuertos canadienses antes de abordar un avión.

Se había quejado ante algunos de sus colegas del gabinete de que a veces recibía registros secundarios de su turbante después de que sonara la alarma al pasar por los puntos de control de pasajeros antes de que ingresaran a la zona segura del aeropuerto.