La perspectiva de ver a la imperiosa Catherine Deneuve y a la actriz camaleónica por excelencia Andrea Riseborough cruzar espadas en Funny Birds (Over the Seasons, en versión francesa), segunda película de Hanna Ladoul y Marco La Via, tenía todo a su favor. Sin embargo, la propuesta del tándem francés al que le debemos Nous les coyotes (2018), una road movie ambientada en Los Ángeles nunca estrenada en Quebec, es para morirse de aburrimiento.
Su madre, Laura (Riseborough), enferma de cáncer, Charlie (Morgan Saylor, a quien Ladoul y La Via dirigieron en We the Coyotes), estudiante de finanzas, ha acudido para ayudarle a gestionar su modesta granja ecológica en lo más profundo de Virginia, donde ella cría gallinas. El verano pasa lentamente, luego el otoño trae a Solange (Deneuve), la excéntrica e indigna madre de Laura, cuya existencia Charlie desconocía hasta entonces. Las tres mujeres tendrán que aprender a convivir mientras Laura se recupera.
Mientras evitan o descuidan desarrollar la relación conflictiva entre Solange y Laura y abordan débilmente los conflictos generacionales, Hanna Ladoul y Marco La Via avergüenzan la historia de una intriga laboriosa y aburrida en torno a una epidemia de gripe aviar. Así, Charlie y Solange hacen todo lo posible para salvar a las gallinas tan queridas por Laura, a las que ocultan la verdad a través de escenas destinadas a ser divertidas.
Algunos personajes secundarios insignificantes pasan rápidamente, incluido el sheriff (Ken Samuels), que está enamorado de Solange, y una granjera muy embarazada (Naima Hebrail Kidjo), que será cómplice de Charlie y su abuela.
Con un innegable encanto bucólico, beneficiándose de una cuidada fotografía que hace justicia a la belleza de cada estación y de escenarios tan desordenados como cálidos, Over the Seasons tiene demasiado poco que contar como para despertar realmente el interés. Peor aún, el ritmo es tan letárgico que desvirtúa por completo esta película, donde en los créditos aparece el nombre de Martin Scorsese como productor ejecutivo. Tanto es así que Catherine Deneuve, muy convincente como una feminista genial que se niega a ser llamada abuela, a veces parece estar realmente aburrida en este lío.
Junto a la gran dama del cine francés, la británica Andrea Riseborough y el estadounidense Morgan Saylor ofrecen interpretaciones conmovedoras y sólidas que hacen que esta comedia dramática sea agradable, si no memorable.