Au moins neuf personnes ont trouvé la mort ce vendredi dans une bousculade à Karachi, dans le sud du Pakistan, lorsqu’une foule s’est ruée vers une usine où était organisée une distribution d’aumônes à l’occasion du ramadan, a annoncé policía. Fida Janwari, jefa de policía de Baldia Town, en los suburbios del oeste de Karachi, dijo a la AFP que la estampida se produjo cuando mujeres necesitadas corrieron con sus hijos al negocio donde se distribuían las donaciones.
Hubo pánico “y la gente empezó a correr”, agregó. Los cuerpos de seis mujeres y tres niños fueron llevados al Hospital del Gobierno de Abbasi Shaheed, dijo el portavoz Muhammad Farraukh. Un funcionario de la asociación Rescate dijo a la AFP que otros dos cuerpos habían sido trasladados a otro hospital. La abuela y la sobrina de Asma Ahmed, de 30 años, se encuentran entre los muertos. “Venimos a la fábrica todos los años por Zakat”, dijo, usando el término islámico para limosna. “Empezaron a golpear a las mujeres con palos (de golf) y empujándolas”, dijo. «Por todas partes era un caos».
Según el Sr. Janwari, tres empleados de la empresa fueron arrestados por no notificar a la policía que se llevaría a cabo una distribución, lo que no logró establecer un control de multitudes. La semana pasada, el primer día del Ramadán, cuando los musulmanes tradicionalmente donan a los pobres, una persona murió y otras ocho resultaron heridas en una estampida durante una distribución de harina en el noroeste de Pakistán.
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Pakistán ha estado en medio de una grave crisis económica durante meses, con los precios de los alimentos básicos aumentando casi a la mitad y la inflación alcanzando niveles récord. La situación se ha visto agravada por la crisis energética mundial tras la guerra de Ucrania y por las inundaciones debidas a las lluvias monzónicas que en 2022 sumergieron una tercera parte del país.
El primer ministro Shehbaz Sharif está tratando de reactivar el próximo tramo de un programa de préstamos de 6.500 millones de dólares diseñado con el FMI en 2019. Pero la institución internacional exige reformas drásticas antes de desembolsarlo, incluidos aumentos de impuestos y una caída significativa de los subsidios.