(París) El Sena estaba demasiado contaminado el 16 de junio, mes y medio antes de los Juegos Olímpicos (del 26 de julio al 11 de agosto), en comparación con los criterios para autorizar allí las pruebas de triatlón y natación en aguas abiertas, según los resultados de los análisis publicado el viernes.
«Hasta la fecha, las muestras en el Sena no corresponden a los estándares que tendremos este verano», comentó en un servicio de prensa el prefecto regional Marc Guillaume, quien dijo estar «confiado en el COJO (Comité de organización) , sobre la celebración de las pruebas a finales de julio y principios de agosto en el Sena.
Según el boletín semanal publicado por el ayuntamiento de París y la prefectura de Île-de-France, el mal tiempo que ha atravesado Francia estos últimos días explica concentraciones muy superiores a las normas de las dos bacterias fecales para autorizar competiciones en el río.
«La calidad del agua sigue degradada debido a un contexto hidrológico y meteorológico desfavorable: lluvias, caudales elevados, poca luz solar, temperaturas inferiores a las estacionales», explican las autoridades locales.
“El alto caudal del río, que no favorece la buena calidad del agua, es consecuencia de este tiempo tan lluvioso”, recuerdan también.
Según los gráficos publicados en Internet, el nivel de concentración de la bacteria E. coli fecal era superior a 1.000 unidades formadoras de colonias (UFC)/100 ml, el umbral utilizado por las federaciones internacionales de triatlón y natación en aguas abiertas para autorizar la celebración de pruebas. , casi todos los días del 10 al 16 de junio.
Alcanzó o incluso superó las 5.000 unidades los días 11, 15 y 16 de junio. Un aumento que “se explica por los vertidos aguas arriba relacionados con las lluvias”, según el ayuntamiento y la prefectura.
Estrella de estos Juegos Olímpicos, el Sena acogerá la ceremonia de apertura, así como las pruebas de triatlón, natación-maratón y paratriatlón.
Pero sigue habiendo incertidumbre sobre la celebración de los eventos olímpicos desde los “eventos de prueba” de agosto de 2023, que tuvieron que ser cancelados en gran medida debido a la insuficiente calidad del agua.
En caso de precipitaciones intensas, el agua sin tratar (una mezcla de lluvia y aguas residuales) puede verterse al río, fenómeno que las obras de retención inauguradas poco antes de los Juegos pretenden evitar.
El plan B consiste en posponer unos días las pruebas, pero sin cambiar de ubicación.