Carteles pegados en paredes o mobiliario urbano, de forma totalmente ilegal. El Ayuntamiento de París ha impuesto multas de 1,3 millones de euros por exhibiciones comerciales incontroladas en cuatro meses, desde que recuperó el 1 de enero esta autoridad, anteriormente en manos del Estado, indicó el martes 30 de abril. Se trata del importe total “facturado, aún no recuperado”, precisó el asistente de limpieza Antoine Guillou, anticipando luego “disputas o procedimientos de recuperación”.
Al igual que los demás municipios, el ayuntamiento recuperó del Estado el 1 de enero el poder de verbalizar publicaciones descabelladas, en el marco de una enmienda a la Ley de Clima y Resiliencia aprobada en agosto de 2021. “Anteriormente, solo podíamos cobrar el coste real de limpieza”, recuerda Antoine Guillou. El decreto que entró en vigor permite un “cambio importante de rumbo: permite ir más rápido y sancionar a las empresas infractoras, con multas de más de 100.000 euros para aquellas que hayan cometido las mayores campañas de “exhibición salvaje”, subraya el PS electo.
El arsenal represivo prevé «un componente penal con multas esencialmente de tercera clase de 68 euros», pero también «ahora multas administrativas de 1.500 euros por cartel», precisa el ayuntamiento. Esta última categoría permite “ir rápido y es disuasoria: 10 carteles = 15.000 euros de multa, 30 carteles = 45.000 euros”, añade la misma fuente, según la cual “se han iniciado más de 50 procedimientos”.
De hecho, las 36 empresas afectadas, principalmente del sector «moda, joyería y entretenimiento», recibieron multas que oscilaron entre 3.000 y 110.000 euros, confirmó Antoine Guillou. Precisa que «es la marca cuyo nombre figura en el cartel la que recibe la multa», y no la posible agencia de comunicación a través de la cual habría utilizado su campaña, y contra ella «no tiene que dar la vuelta».
A menudo criticado por la limpieza de sus calles, el ayuntamiento ha hecho de la lucha contra las exhibiciones comerciales incontroladas, como las etiquetas y los graffitis, una de sus principales prioridades. Incluso si, de hecho, muestra clemencia hacia los mensajes feministas o las manifestaciones políticas durante los períodos electorales. “Cada semana, los agentes retiran 1.600 m2 de carteles”, añade Antoine Guillou. Esta práctica, además de consumir mucho tiempo, contribuye al “deterioro de los edificios”, subraya.