Un gesto vergonzoso que arruinó el espectáculo de una carrera fabulosa. Este domingo, el holandés Mathieu Van der Poel ganó la París-Roubaix, también llamada “el infierno del Norte”, tras 60 km de escapada en solitario. Pero en plena carrera, el corredor recibió, en una de sus ruedas, un gorro arrojado por un espectador.