Un conductor de autobús de la RATP fue puesto bajo custodia policial el viernes después de viajar del brazo de un hombre sin hogar de 48 años, que ya fue levantado, según supo Le Figaro a través de la fiscalía de París, confirmando la información de Le Parisien.
El incidente tuvo lugar el viernes hacia las 18.30 horas en la avenida de la Bourdonnais, cerca de la Torre Eiffel, durante un trayecto de la línea 42 que une Boulogne (Hauts-de-Seine) con la estación Saint-Lazare, explicó la RATP a Figaro. El viernes 8 de marzo se abrió y se confió a la comisaría de policía del distrito 7 una investigación sobre lesiones accidentales causadas por un conductor que provocó una incapacidad laboral durante más de tres meses (pendiente de evaluación) y seguida de un atropello y fuga.
Según los primeros elementos de la investigación, el incidente se desencadenó cuando a un hombre alcohólico se le negó el acceso a un autobús. Las puertas del vehículo se cerraron sobre el brazo de la víctima y el conductor arrancó de nuevo, «antes de detenerse un poco más adelante», explica la fiscalía. La víctima supuestamente “perdió el equilibrio” y “cayó sobre la acera”. El hombre de 40 años, que padecía varias fracturas, fue atendido por los bomberos y trasladado al hospital de Cochin, precisa la RATP.
La dirección expresó su “profunda emoción” y activó una unidad de asistencia y apoyo a las víctimas para “brindar todo su apoyo a la víctima”. En cuanto al conductor, se dispuso una medida cautelar para apartarlo de sus servicios. Será escuchado como parte de la investigación interna. Paralelamente, mientras se encontraba bajo custodia policial, el conductor fue sometido a pruebas de alcohol y drogas que resultaron negativas.
“Nos alertaron dos turistas alemanes que empezaron a gritarle al conductor que parara”, cuenta a Le Parisien Thomas, gerente de una de las tiendas cercanas a la parada de autobús. Quedó completamente inconsciente después de que le voltearon el brazo, el dolor era intenso y permaneció tirado en la carretera durante mucho tiempo, a lo largo de la acera, antes de que los servicios de emergencia se lo llevaran”, relata. “Al oír los gritos, el conductor del autobús se detuvo, miró al vagabundo, pero aun así se fue”, añade otro comerciante.