Emmanuel Macron vuelve al campo para hablar sobre el espinoso tema del agua, este jueves 30 de marzo. Pero el desafío de la reforma de las pensiones nunca está lejos. Previo a su discurso, el Jefe de Estado fue cuestionado por periodistas sobre el clima social particularmente tenso. Al asegurar que «el diálogo continúa» con los sindicatos, el presidente también llamó a «seguir adelante».
No todo se trata de pensiones. En cualquier caso, este es el mensaje que intentó transmitir Emmanuel Macron, que viaja a Francia por primera vez en dos meses. Desde Savines-le-Lac (Hautes-Alpes), donde debe anunciar un plan sobre el agua para hacer frente a episodios de sequía sin precedentes, el inquilino del Elysée afirmó que era necesario «seguir trabajando, con mucho respeto y calma.
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Es cierto que los movimientos sociales continúan con ya diez días de movilización en el reloj. Es cierto que un centenar de manifestantes se reunieron hoy incluso en Savines-le-Lac a la llamada de la CGT en particular. Pero esto ocurre según Emmanuel Macron «en un marco previsto por nuestra democracia», y él «hace su trabajo, es normal». “¿Significa eso que la República tiene que parar y que tenemos que decir que tenemos que esperar un mes antes de hablar de temas de sequía? No”, decidió. Y agregar que la disputa «no le impide ir al encuentro de los franceses, ni ir al territorio».
“Hay que seguir adelante”, prosiguió el jefe de Estado, cuando se fijó una nueva jornada de protesta para el jueves 6 de abril. Para Emmanuel Macron, «el diálogo continúa», lo demuestra la reunión programada entre Elisabeth Borne y los sindicatos el próximo miércoles. También hay plazos -los Mayores deben rendir su decisión sobre la constitucionalidad del texto el 14 de abril- que deben ser respetados “para que se complete el camino democrático”. La posibilidad de volver a la edad legal fijada en 64 años por el texto, sin embargo, parece impensable: «No voy a decir lo mismo cada cuatro días, sino tartamudeamos», barrió Emmanuel Macron.
El presidente se mantiene así en sus botas, citando en particular el rechazo de la moción de censura interpartidaria aprobada en la Asamblea Nacional, por nueve votos. “Un momento de clarificación política”, según él. «Ahora hay un texto ante el Consejo Constitucional y debe examinarlo con la sabiduría que le corresponde a esta institución». En cuanto a una posible reversión de sus discursos anteriores, considerados duros o incluso provocativos por sus oponentes, Emmanuel Macron lanzó, para la atención de los periodistas: «No soy el comentarista de mí mismo, es su trabajo, no es el mío».
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El Jefe de Estado también se refirió a los violentos enfrentamientos ocurridos durante la manifestación prohibida en Sainte-Soline (Deux-Sèvres), poniendo en entredicho una “instrumentalización política que a veces empujaba o legitimaba esta violencia”. Miles de personas «simplemente habían venido a hacer la guerra», dijo.